Se inició el debate en la Comisión de Justicia de la Legislatura porteña sobre el proyecto que impulsa el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, para modificar el Código Contravencional. El objetivo es crear nuevas figuras para sancionar el ciberacoso y las pegatinas de oferta sexual. Además, se buscará prohibir la actividad de limpiavidrios y cuidacoches que no cuenten con autorización. La Confederación de Trabajadores de la Economía Popular se opone al proyecto.

La iniciativa contempla cambios en algunos artículos del Código de Contravenciones con el argumento del derecho de las mujeres de “vivir una vida libre de violencia”. Por eso plantea un endurecimiento de las penas cuando las víctimas sean mujeres y/o niños y en caso de que los agresores sean dos o más personas. 

Otra de las modificaciones que se propone es el sistema de denuncias, que podrían hacerse de forma anónima. Según cifras del Ministerio Público Fiscal, en la Ciudad se registran solo tres denuncias de acoso sexual por semana, ya que pocas mujeres se animan a hacer una denuncia por miedo a las represalias que pueda tomar el acosador o porque el trámite burocrático les resulta engorroso.

Respecto del ciberacoso, se crearían dos figuras para sancionar la difusión no autorizada de imágenes y la suplantación digital de la identidad. Además, se establece un agravante cuando la víctima sea menor de edad o mayor de 70 años, cuando sea realizado por un jefe o promotor de eventos, o sea cometido por parejas o exparejas.

Se incorporará también la figura de pegatinas con el objetivo de sancionar los afiches que promueven la oferta sexual. 

Por otro lado, se creará la figura que prohíbe limpiar vidrios o cuidar coches sin autorización del Gobierno. Soledad Cabral, representante de los cuidacoches e integrante de la CTEP, participó de la reunión de la comisión y se manifestó en contra del proyecto, que prevé multas de hasta 3000 pesos para cuidacoches sin autorización, y de hasta 5000 cuando la contravención ocurra en inmediaciones de un espectáculo masivo. “Jamás podríamos pagar una multa así”, aseguró Cabral. 

Otro de los cambios cuestionados es sumar a la figura de “ruidos molestos” el agravante de “ruidos molestos en la vía pública”. Integrantes de centros culturales rechazaron esta iniciativa porque la consideran “una persecución más”.