El pañuelo verde es símbolo y contraseña. Es guiño en el subte, en el tren, en la escuela. Es mostrar de qué lado de la historia queremos estar. En los últimos meses, como nunca, se vieron en mochilas escolares, cuellos, muñecas, carteras. Lo llevan famosas en la tele y desconocidas, en la calle. También ellos se animaron a colgárselo.

Hoy, en esta jornada histórica, veo el verde en todos lados: es el único color que distingo. En los semáforos, en los números de los colectivos, en los molinetes del subte, en la cruz de las farmacias, en carteras, en gorros, en bufandas.

Mi hija de 12 años me pidió uno para colgar en su dormitorio, entre peluches y mandalas. Amigas de ella me suplicaron que les consiguiera uno, que me lo pagaban. Una de ellas, lo pidió como regalo de cumple, el viernes. Y le cumplí el deseo, sin saberlo, desatando el que llevaba en mi cartera. Yo más emocionada que ella, por el pedido y el agradecimiento desbordado.

Este pañuelo que hoy se vende a 50 pesos en los alrededores del Congreso, y se entrega a precio módico en gazebos de la Campaña y otras organizaciones, cortados por mujeres de cooperativas, nació en 2003, en el XVIII Encuentro Nacional de Mujeres, que se hizo en Rosario. Las organizadoras junto a Marta Alanis, de Católicas por el Derecho a Decidir, decidieron que ese sería el símbolo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que empezaba a dar sus primeros pasos y tenía que visibilizarse en esa marea de mujeres, lesbianas, travestis y trans que llegarían de todo el país. “Llevarlo era un símbolo de rebeldía, era decir: estoy por el derecho al aborto”, recuerda Susana Chiarotti, abogada rosarina, directora del Instituto de Género, Desarrollo y Derecho y de Cladem. Se eligió el verde como color de la esperanza de una vida mejor para las mujeres, porque se asocia a cosas saludables, rememora Alanís.

   El amarillo era símbolo papal, el rojo ya lo usaban varios partidos políticos, el azul o el celeste tenía que ver con la bandera argentina, el blanco es de las Madres y Abuelas. Y se optó por un pañuelo recuperando la tradición de sufragistas de la década del ’40 que lo usaron blanco, como luego lo tomarían Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Los primeros, llevaron como consigna el derecho al aborto. Luego se agregaría el lema completo de la Campaña: “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”.

   Pero Marta Alanis, recuerda también que tuvo un antecedente, en el año 2000, en un encuentro en Nueva York, donde Cladem y Católicas por el Derecho a Decidir, llevaron pañuelos lilas con consignas sobre derechos sexuales y reproductivos y al finalizar una actividad, todas las integrantes de las ONG presentes los alzaron y convirtieron la escena en un acto político de demandas.

   Hoy el pañuelo verde se impone como mensaje. Más allá del resultado de la votación en la Cámara de Diputados, abrió conciencias. Y no hay vuelta atrás.