Luego de varias horas de debate en Diputados por el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, el conteo a favor y en contra de la iniciativa se mantiene ajustado por un margen mínimo, lo que habilita la posibilidad de que en caso de un doble empate sea el presidente de la Cámara baja, el macrista Emilio Monzó, quien defina la aprobación de la ley impulsada por el movimiento feminista. Monzó es uno de los pocos que aún permanece entre los "indecisos" y espera el posible desempate acompañado por una medalla y un crucifijo, símbolos de la fe católica, principal sostén dogmática de los y las legisladoras que rechazan ampliar los derechos de las mujeres.  

Los diputados presentes en la Cámara para el debate son 255. Por lo tanto, para que Monzó tenga que intervenir con su voto para desempatar, debería existir al menos un diputado que se abstenga o ausente al momento de la votación. Según los conteos, los legisladores que contemplan abstenerse son dos, si eso se cumple como lo indican los pronósticos, el número volvería a quedar impar, por lo que algún legislador debería dejar el recinto al momento de la votación.

En caso de empate, el presidente de la Cámara puede repetir la votación una vez antes de finalmente tomar la decisión de la aprobación o no del proyecto en sus manos. Si ese momento llega en la mañana del jueves, Monzó deberá decidir entre el dogma y la salud pública. En caso de votar a favor de la despenalización y legalización del aborto, Monzó no será el primer legislador de fe católica en hacerlo, ya que desde ayer varios diputados y diputadas, que permanecían entre los "indecisos", reconocieron que votarán a favor del aborto más allá de sus creencias personales.