Rusia no será la excepción y la intervención tecnológica se hará presente en la cita mundialista tanto en árbitros como en jugadores. La novedad más llamativa será la que porte la pelota oficial: cada vez que la Telstar 18 cruce la línea de gol, un chip instalado en la misma se activará y enviará un mensaje al reloj inteligente del árbitro para informar si el balón traspasó en su totalidad la línea de cal. Así, junto al ya popular VAR –por primera vez implementado en una Copa del Mundo—, la tecnología será como nunca antes definitoria en acciones de juego desde fuera del mismo campo de juego.

Caso testigo que podría ser evitado con el mencionado chip de la pelota es el de la final de 1966, donde un gol “fantasma” le otorgó el Campeonato Mundial a Inglaterra por sobre Alemania. Para ello, el balón llevará en su interior un chip NFC (de tecnología de proximidad, como la que tiene la tarjeta SUBE) pasivo que se activará en un campo electromagnético presente más allá de la línea de gol. La activación del chip enviará una señal que llegará al reloj del árbitro, indicando que se ha convertido un tanto. El reloj Big Bang Referee –producido por la empresa suiza Hublot– es de titanio y cuenta con diversa clase de sensores. Entre ellos, acelerómetro, micrófono, giroscopio y GPS que le permitirán al árbitro seguir las secuencias del partido y, además, controlar su condición física con el monitoreo cardíaco y hepático.

En cuanto a la polémica asistencia arbitral por video (VAR) –ya aplicada en torneos de inferior jerarquía– promete facilitar la penalización de acciones de juego que no hayan sido percibidos por los árbitros. Para su funcionamiento, las acciones serán captadas por 33 cámaras durante cada partido de la primera fase y por 35, de octavos de final en adelante. La señal de las cámaras es transmitida por fibra óptica hasta el camarín ubicado en el centro internacional de transmisiones (IBC) donde será analizado en televisores de alta definición por los árbitros asistentes que tardarán entre 30 y 90 segundos para emitir un dictamen.

Mientras tanto, los jugadores también contarán con la tecnología como aliado: desde materiales más anatómicos en camisetas y botines hasta el seguimiento de sus acciones a través de dispositivos electrónicos. Como ya es costumbre a nivel clubes, muchos futbolistas portarán bajo sus camisetas unas pecheras con sensores que transmiten datos de sus desempeño en tiempo real. Dotados con giroscopios, acelerómetros y GPS, esos dispositivos permiten conocer estadísticas de desplazamiento, velocidad y posicionamiento de los jugadores de campo para hacer correcciones tácticas. En Rusia, la analítica deportiva promete ser protagonista de la vigésimo primera Copa del Mundo.