“El déficit fiscal está en el Estado Nacional, ni Santa Fe, ni Entre Ríos, ni Córdoba, decidimos ir al FMI. Eso es responsabilidad del gobierno nacional”, señaló ayer el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, después de reunirse con sus pares de Entre Ríos, Gustavo Bordet y de Santa Fe, Miguel Lifschitz. En medio de las tratativas del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional los gobernadores de la zona centro del país se reunieron para firmar convenios y analizar la posición regional frente a las decisiones del gobierno a raíz del ajuste que se viene.

“No conocemos la negociación. El Gobierno nacional es responsable de las consecuencias. Estamos dispuestos a poner el hombro las provincias de la Región Centro, pero poner el hombro con equidad”, aseguró Schiaretti en el encuentro en el acto en el que le cedió la presidencia pro témpore de la Región Centro al entrerriano Gustavo Bordet, y antes habían mantenido una reunión con el rector de la Universidad Nacional de Córdoba, Hugo Juri, para homenajear los cien años de la Reforma Universitaria. “Estamos dispuestos a poner el hombro para que Argentina supere esta dificultad pero para eso necesitamos que haya equidad”, agregó el cordobés poniendo la pelota del lado del gobierno nacional haciendo foco en el cumplimiento de los compromisos asumidos por el Estado Nacional con las provincias.

El trato cerrado entre el Gobierno y el FMI puso a los gobernadores en alerta. El recorte presupuestario que se avecina para el 2019 tendrá mucho que ver con el acuerdo con el organismo internacional y los mandatarios provinciales no quieren resignar partidas que ya habían sido comprometidas por el presidente Mauricio Macri antes de la crisis de las lebacs y la corrida cambiaria. El año que vine además estará marcado por las elecciones presidenciales y a gobernador en distintos distritos por lo que los dirigentes pelearán palmo a palmo cada una de las obras comprometidas en sus territorios.

Schiaretti se reunió el martes con Macri. Fue el primer gobernador al que el gobierno nacional convocó a la Casa Rosada después de que el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, cerrara el acuerdo con el FMI para que el organismo financiero internacional preste cincuenta mil millones de dólares como salvataje ante la crisis económica y política que atravesó el macrismo. Allí el gobernador le acercó propuestas al presidente para reducir el déficit fiscal, enfocado en el concepto de “equidad” que reitera cada vez que puede. Una de las ideas consiste en que las empresas en manos del Estado nacional Aysa, Edesur y Edenor, pasen a manos de Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, donde prestan servicios. No es una novedad, el gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey también la promueve. Otro punto fue el traspaso del servicio judicial a la ciudad de Buenos Aires para que se equipare con las provincias. Después de reunirse con Macri, Schiaretti recibió al puntano Alberto Rodríguez Saá, con quien tiene diferencias políticas pero coinciden en la mirada porteña que tiene el gobierno nacional. 

“Tal como lo dijo el ministro de Finanzas (de Córdoba, Ricardo Sosa), el déficit fiscal está en la Nación y no en las provincias”, indicó Schiaretti. “Un país no puede, como una familia, gastar más de lo que le ingresa”, agregó llevando una explicación más sencilla al dilema con el que se encontraron las provincias con el Estado central. “No fuimos nosotros ni sabemos cuál fue la negociación, si sabemos que hay un déficit fiscal en la Nación”, dijo al finalizar el encuentro y luego de mantener reuniones con Bordet y Lifschitz antes del evento regional.