Luego de poco más de 12 horas de debate en el recinto de la Cámara de Diputados, la definición del proyecto que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo está todavía en condición de volatilidad. Con el correr de las horas los números van y vienen. En un momento favorecen a los que rechazan la iniciativa pero después eso cambia y crece la posibilidad de que se apruebe la norma. De los ocho diputados que seguían en la nómina de indecisos tres se inclinaron por votar a favor y de los cinco restantes una legisladora por Córdoba anunció su decisión de abstenerse. Su decisión favorece la posibilidad de una sanción cuando despunte la madrugada.

Por los pasillos de Diputados llega el rumor del bullicio permanente de los que respaldan el proyecto. Están sobre la avenida Callao, donde una compacta columna decididamente festiva llega casi hasta la avenida Corrientes. Por las calles laterales van y vienen jóvenes todos con sus pañuelos verdes. No se van, no quieren irse porque saben que esto que denominaron como vigilia bancando el proyecto no solo es garantía de un posible triunfo pero también de que ya nada será igual.. Esa marea tiene más significados tanto desde lo político como de lo social y eso lo saben los diputados y diputadas y tal vez allí resida buena parte de las dudas de los indecisos porque algo ya cambió.

Mientras tanto, en las bancas los discursos se suceden casi sin solución de continuidad. Según los últimos punteos, estaría la votación superando por uno o dos votos la aprobación del proyecto. Por caso, el diputado del Frente Renovador de la Concordia, Jorge Franco, había permanecido en Misiones a pesar de que había expresado su voto positivo. Pero ya entrada la noche sorprendió su llegada al Congreso, aliviando la tensión del multifacético conglomerado de legisladores que respaldan la iniciativa.

También se expresaron a favor el fueguino Héctor “Tito” Stefani del PRO y la santiagueña Mirta Pastoriza, del Frente Cívico, que integra el bloque que responde al gobernador Gerardo Zamora. Por ahora Pastoriza anunció su voto positivo a través de las redes sociales. “Toda mi vida he trabajado arduamente por la democracia, por el divorcio vincular, la patria potestad compartida y por la ampliación de derechos ciudadanos. En todas estas conquistas, se libró un debate profundo, siempre con la creencia de hacer lo correcto. Es esta coherencia histórica la que ha jalonado mi trayectoria, por ello he decidido apoyar la legalización y despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo”, escribió.

Otra de las que estaba en duda era la cordobesa Alejandra Vigo, a la sazón esposa del gobernador Juan Schiaretti. Durante toda la jornada su nombre aparecía entre los indecisos con tendencia al rechazo. Sobre el filo de la medianoche llegó su turno de hablar. Su discurso apuntó los fallos de la política de salud pública del actual gobierno y la ausencia de una política o proyecto para este tipo de ley por parte del presidente Mauricio Macri. "Más dudas que certezas tengo con este proyecto", comenzó diciendo y si bien su discurso estaba encaminado a un rechazo terminó pidiendo autorización para abstenerse. En un resultado tan ajustado como se presenta la abstención favorece a los que impulsan el proyecto.

El bloque del Frente para la Victoria-PJ tiene una amplia mayoría de respaldo a la iniciativa. Pero hay dos indecisos que provienen de Formosa: Gustavo Fernández Patri e Inés Lotto. El primero, dicen, tiene “dudas a nivel personal” y la segunda reconoció a colaboradores que está siendo objeto de fuertes presiones de la comunidad salesiana que integra en su provincia.

En la lista de los indecisos está el tucumano Facundo Garretón que llegó al Congreso de la mano del PRO. Si bien reconoció que había recibido presiones terminó por lanzar una consulta. No está claro la rigurosidad de ese estudio pero él mismo hizo conocer el resultado donde casi el 51 por ciento de los participantes se expresaron a favor de la norma. Aún así todavía sigue en esa columna de indecisos.

El que nada dijo sobre cuál es su preferencia es el presidente de la Cámara, Emilio Monzó, quien exhortó a los 100 legisladores que aún deberían hablar a que se bajen de la lista de oradores para acortar la sesión. Saber cuál es su posición no es un dato menor porque durante buena parte de la noche algunos cómputos mostraban una tendencia hacia el empate y, por lo tanto, debería emitir su voto de desempate. Si es por los elementos que colocó en su escritorio se podría decir que su opción es por el rechazo ya que puso un crucifijo y una pequeña imagen religiosa.