Parecían las dos “cenicientas” del Grupo F en el Mundial de Rusia, pero el encuentro que Suecia y Corea del Sur disputan hoy en Nizhni Nóvgorod se transfiguró en una extraña novela de espías y despistes. Ambos entrenadores revelaron ayer los trucos a los que recurrieron para intentar sacar ventaja al rival más accesible en un grupo que comparten con la poderosa Alemania y con México, que puso patas arriba el Mundial al derrotar 1-0 a la actual campeona. Janne Andersson, técnico de los nórdicos, tuvo que disculparse por un rumor que terminó siendo verdad: un miembro del equipo técnico sueco se trasladó a Austria para observar el modo en que Corea del Sur se  preparaba para el torneo. La iniciativa sueca podría explicar el arma no menos inusual con la que respondieron los surcoreanos: usar camisetas con los números cambiados en los entrenamientos para despistar a su primer rival en Rusia 2018. “Lo hacemos porque los europeos nos miran”, explicó ayer el técnico Shin Tae-yong en la rueda de prensa previa al partido.