Por Andrés Burgo

@Perú esperó durante 36 años un sueño que le esfumó en cinco días. Su regreso histórico ya es historia. Sin haber convertido un gol en sus dos partidos, el sábado ante Dinamarca y ayer contra Francia, el Mundial de Rusia le dio la bienvenida al equipo de Ricardo Gareca pero también le hizo sentir su rigurosidad. Sin gol no hay alta competencia es la lección que Perú se llevará de Rusia 2018.

Tan doloroso fue el golpe de la pronta eliminación que los miles de hinchas peruanos que se trasladaron a Ekaterimburgo, una sede que demandaba un viaje en tren de 27 horas desde Moscú, apenas tuvieron fuerza para despedir con aplausos a la actuación de un equipo al que, a falta del último partido contra Australia, solo se le puede reprochar la mala puntería.

“Si hay algo que me duele es que no le pudimos retribuir a la gente el fervor que despertó. La multitud que nos acompañó fue increíble. Ahora vamos a hacer lo imposible por ganar el último partido en pos de que ellos al menos puedan gritar un gol o una victoria”, comenzó a despedirse Gareca del Mundial, en referencia al partido del próximo martes ante Australia, que puede servir como consuelo. 

Perú mereció mejor suerte contra Dinamarca y ayer jugó un digno partido contra una buena Francia, candidata a llegar hasta las instancias finales del Mundial, pero volvió a fallar en los metros finales. Según los  registros de la FIFA, el equipo de Gareca tuvo la posesión de la pelota durante el 56 por ciento de partido. 

“En dos partidos generamos más de 10 situaciones de gol, incluido un penal. Aunque hoy no tuvimos la profundidad que habíamos mostrado contra Dinamarca, buscamos por todos lados. Era difícil entrar e intentamos por afuera. Un remate de (Pedro) Aquino pegó en el palo y hasta tuvimos un mano a mano de Paolo (Guerrero) en el primer tiempo, no es fácil eso”, se lamentó Gareca. 

Así como durante años, al menos hasta Qatar 2022, Perú lamentará el penal errado por Christian Cueva contra los daneses, del partido ante Francia quedará en el recuerdo el remate de gol que Hugo Lloris le atajó a Guerrero cuando el partido estaba 0-0, o el derechazo de Aquino que pegó en el palo y que habría significado el empate. 

Acaso parte del desafortunado paso de Perú por Rusia comenzó hace ocho meses, cuando el máximo goleador de la historia de la selección fue suspendido por un positivo por doping. Guerrero fue rehabilitado el 31 de mayo, pero en el poco tiempo que faltaba para el comienzo del Mundial no pudo encontrar su mejor versión. Incluso el gol de Kylian Mbappé que le dio el triunfo a Francia comenzó en un pelota perdida por el delantero del Flamengo.

Gareca deslizó al pasar cierta falta de movilidad en Guerrero frente a Francia, pero prefirió quedarse con su esfuerzo para recuperar su mejor estado, aunque no escondió que no llegó al Mundial en el nivel ideal.

“Paolo tuvo una para de ocho meses y lo ideal hubiera sido que empezara el 3 de mayo, como el resto del plantel. Pero él hizo todo lo que pudo, entregó todo dentro de esta situación. Estamos hablando de un ídolo nacional, de una figura muy representativa. Es un jugador sensacional”, dijo Gareca. 

Perú intentará el martes, ante Australia, ganar un partido de Copa del Mundo después de 40 años, desde el 4-1 a Irán de Argentina 78. Su última participación, hacía 36 años, en España 82, terminó sin triunfos. Tanto tiempo de espera no debería terminar en un grito mudo.