Del mudo al sonoro, del blanco y negro al color, del clasicismo de los años ‘30, ‘40 y ‘50 a la renovación de los ‘60, y de allí a los primeros blockbusters de fines de los ‘70 y principios de los ‘80, para pasar a la explosión de la tecnología digital de mediados de los ‘90 y, casi sin escalas, a la instalación de los superhéroes, las sagas infantiles y los anteojitos 3D de los 2000 en adelante. Hollywood podrá cambiar su lenguaje, sus paradigmas narrativos, sus formatos de captura y exhibición, pero llega enero e inexorablemente se empieza a leer, escuchar y discutir sobre uno de los pocos nombres propios que une pasado, presente y seguramente futuro de la gran industria: Oscar. El premio más importante de la pantalla grande anunciará las ternas de su 89° edición el 24 de enero (la gala será el 26 de febrero), lo que convierte al primer bimestre del año en un periodo signado por una catarata de estrenos con aspiraciones de triunfo en los principales rubros. Comienza 2017 y, con él, el largo camino a las estatuillas doradas.

El recorrido debería ser cronológico y empezar por el primer jueves del año. Sin embargo, la temporada 16/17 pecó de ansiosa y entregó durante diciembre varios títulos que merecen apuntarse en la carrera. Se recomienda, entonces, que aquellos rezagados aprovechen una inédita semana sin estrenos como la que está transcurriendo para ponerse al día viendo Sully: hazaña en el Hudson, Capitán Fantástico, Animales nocturnos y La llegada, todas ellas todavía en cartel. La primera viene medio floja, corriendo desde atrás en las tendencias y apuestas, y cargando el rótulo de “gran olvidada” en las nominaciones a los Globos de Oro que el 8 de enero entregará la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA, por sus siglas en inglés). Tampoco se alzó con ni siquiera uno de los cuatro Critics’ Choice Awards (Actor, Director, Película y Edición) a los que aspiraba, pero su director es un tal Clint Eastwood, alguien con sobrados pergaminos en cuanto a premios y ceremonias, y el protagonista, otro que sabe de trajes de gala como Tom Hanks (cinco nominaciones, dos triunfos).

Jeff Bridges brilla como actor de reparto en Sin nada que perder.

El atractivo principal de Capitán Fantástico es Viggo Mortensen, cuya interpretación de un padre que cría a sus hijos en las márgenes del sistema le valió nominaciones en el rubro Actor protagónico de los Globos de Oro y del premio del Sindicato de Actores (SAG), mismo galardón en el que el film figura en la terna a Mejor Elenco, considerada uno de los indicadores más fieles de lo que puede ocurrir en el Oscar y en la que competirá con, entre otras, Animales nocturnos. El film de Tom Ford también aspira a los Globos de Oro a Mejor Director, Guión y Actor de Reparto para Aaron Taylor-Johnson, y al Satellite Award a Director, Película y Actriz para Amy Adams. La pelirroja es uno de los motivos para pegarle una mirada a La llegada, trabajo por el cual está nominada en los SAG y el galardón de la HFPA.

Las que vendrán 

Ya con el libre deuda en materia cinéfila en mano, mañana, primer jueves del año, hay que ver Hasta el último hombre. Es cierto que Mel Gibson devino en una de las figuras ideológicamente más repulsivas del star system y que su antisemitismo difícilmente sea digerible en Hollywood aun cuando tenga en su haber dos Oscar (Director y Película) por Corazón valiente, pero su quinto largometraje como realizador presenta una historia digna de la imaginación de un guionista con pleno conocimiento de los artilugios narrativos para ganar cuanto premio exista. Con la salvedad que los hechos son reales y están debidamente documentados, lo que no hace más que acrecentar sus chances. Situado a fines de la Segunda Guerra Mundial, Hasta el último… narra la historia de un soldado adventista que logró salvar a 75 compañeros durante la batalla de Okinawa sin empuñar un arma, convirtiéndose así en el primer objetor de conciencia reconocido con la Medalla de Honor del Congreso. Quizá la vida real vuelva a superar a la ficción y ocurra algo similar con el protagonista de Mad Max, a quien hasta ahora viene yéndole bastante bien: un par de semanas atrás se alzó con los Critics’ Choice a Mejor Película de Acción, es uno de los cincos aspirantes al Globo de Oro a Mejor Dirección, y sus actores irán por el SAG a Mejor Elenco.

El 12 de enero será el turno de otro film ambientado en la Segunda Guerra Mundial. Dirigido por el veterano y ecléctico Robert Zemeckis (Volver al futuro, Forrest Gump, Náufrago), Aliados amenazaba con llevarse el mundo por delante pero, a diferencia de lo ocurrido con Gibson, fue omitido por las entidades que hasta ahora han revelado sus nominaciones. Pero su actor principal es Brad Pitt y la Academia difícilmente quiera darse el gusto de no tenerlo caminando en su alfombra roja. La semana del 19 presenta un break en materia de títulos candidateables que se compensará con el doblete del 26. Ese día llegará Moonlight, que desde su lanzamiento en el ascendente Festival de Telluride viene subiendo los peldaños habituales para convertirse en la producción independiente nominada de cada año, y también la gran favorita, La La Land, que para su lanzamiento local incorporará el subtítulo Una historia de amor.

Quizá Hasta el último hombre signifique la reivindicación de Mel Gibson.

Visto aquí en la Competencia Internacional de Mar del Plata, el film de Barry Jenkins narra la historia de un joven afroamericano de Miami que, en plena guerra de los carteles de la droga en los suburbios de la ciudad, va descubriendo su homosexualidad. Moonlight aspira a seis Globos de Oro (entre ellos los de Mejor Película, Director, Guión) y a cinco Independent Spirit (incluidos los de los rubros principales), y tiene serias posibilidades en los SAG, donde, además del de Mejor Elenco, cuenta con presencia en los rubros interpretativos de reparto gracias a Mahershala Ali y Naomie Harris. Ganadora absoluta en los Gotham, ceremonia que abrió la temporada de premios a fines de noviembre, Moonlight es también favorita en los Black Reel Awards que otorga la “Fundación para el Aumento de afroamericanos en el Cine”, y su inclusión en las principales ternas del Oscar le permitiría a la Academia reducir las rispideces con la comunidad negra después de la polémica por la ausencia de actores de color en las nominaciones del año pasado.

La La Land tiene su boleto para la gala del 26 de febrero prácticamente asegurado. Por sus referencias constantes a uno de los periodos predilectos de los electores como la época dorada de Hollywood y porque su director es Damien Chezelle, flamante niño mimado desde Whiplash: Música y obsesión, pero sobre todo porque desde su lanzamiento en el Festival de Toronto, de donde se llevó el Premio del Público, se convirtió en la amplia favorita en todas y cada uno de las premiaciones que han anunciado sus candidaturas. Centrada en el derrotero amoroso de dos aspirantes a artistas, viene de llevarse ocho de los doce Critics’ Choice a los que aspiraba (incluidos todos los de los rubros principales), es la que tiene más nominaciones en los Golden Globes con siete y fue elegida como Mejor Película del año por la reputada Asociación de Críticos de Nueva York. La única mancha en un currículum hasta ahora intachable es la omisión en la terna a Mejor Elenco de los SAG, algo que podría considerarse compensado con la presencia de sus protagonistas, Ryan Gosling y Emma Stone, en los apartados individuales.

Y si se habla de rubros actorales, el 2 de febrero llegarán dos títulos con buenas chances para sus intérpretes. Talentos ocultos es una fija en Actriz de Reparto, y sólo hay que esperar cuál de las tres mujeres (Octavia Spencer, Taraji P. Henson, Janelle Monáe) que se ponen en la piel de matemáticas afroamericanas que trabajaron en la NASA durante los años ‘60 ocupa ese lugar. La que corre con más chances es Spencer, quien triunfó en esta terna en el Oscar de 2012 por Historias cruzadas y este año ya fue nominada en los Globos de Oro, los Satellite y los SAG. Por su parte, Jeff Bridges ya ganó una estatuilla dorada como Actor Protagónico en 2010 por Crazy Heart, y ahora podría irá por el de Reparto gracias su trabajo en el western Hell or High Water, de David Mackenzie, rebautizado para su estreno nacional como Sin nada que perder. Los antecedentes son favorables: el inolvidable Dude Lebowski ya ganó el Satellite por este papel y fue nominado para los Globos de Oro, los Independent Spirit y los SAG.

Manchester junto al mar asoma como el posible cuco de La La Land.

Una semana más tarde subirá a la cartelera la que hasta ahora viene asomando como el cuco de La La Land. Dirigida por el Kenneth Lonergan, que tiene en su haber dos películas muy recomendables como Puedes contar conmigo y Margaret, y con Casey Affleck en la piel de un plomero obligado a volver a su pueblo natal tras la muerte de su hermano, Manchester junto al mar ocupa el tercer escalón del podio de las más nominadas a los Globos de Oro con cinco, dos por debajo del film de Damien Chazelle y a una de Moonlight, con la que empató en cinco el score de candidaturas en los Independent Spirit. Pero encabeza el de los SAG con cuatro y obtuvo menciones en el Top Ten anual del AFI (American Film Institute) y de varias asociaciones de críticos norteamericanas. Affleck, por su parte, está en prácticamente todas las ternas a Actor Protagónico, por lo que su presencia en la ceremonia del 26 de febrero es una fija.

La que no es una fija es Silencio. Al contrario, es otra de las que viene con la marcha torcida, cosechando olvidos generalizados y alguna que otra mención en las listas de lo mejor del año de críticos y periodistas especializados. Pero en una carrera con una llamativa ausencia de títulos dirigidos por nombres con peso específico dentro de la industria quizás encuentre su lugar, más aún si se ese nombre es Martin Scorsese, a quien la Academia parece haberle tomado un cariño especial en el siglo XXI nominándolo seis veces, exactamente el doble que en los 30 años anteriores. Pautado para el 16/2, el último film del director de Buenos muchachos y Casino, adaptación de la novela homónima de Shusaku Endo sobre dos jesuitas portugueses que intentaron introducir el cristianismo en Japón, está protagonizado por Adam Driver, Liam Neeson y Andrew Garfield, trío del que posiblemente salga alguno de los rivales de Affleck en los rubros actorales.

Para esa misma semana se anuncia una de esas “inspiradoras historias reales” que tanto gustan en Hollywood. En este caso, la de un nene indio adoptado por una pareja australiana que, un cuarto de siglo después, se propone encontrar a su familia sanguínea. Con Garth Davis en la dirección y Dev Patel, Nicole Kidman y Rooney Mara en los roles centrales, Un largo camino a casa aspira a cuatro Globos de Oro (Mejor Película, Actor, Actriz y Música) y un par de SAG (también para Patel y Kidman). La ex de Tom Cruise se enfrentará en ambos casos contra Natalie Portman y su mimética interpretación de Jackie Kennedy en la biopic Jackie, del chileno Pablo Larraín, cuyo estreno comercial se anuncia para el 23 de febrero, apenas tres días antes de que gran parte de los hombres y mujeres mencionados en esta nota luzcan sus mejores ropas ante los ojos de un mundo que, nunca mejor dicho, lo mirará por TV.

Moonlight llega con el antecedente de seis nominaciones a los Globos de Oro.