“Nuestro deseo tiene valor, no tiene precio”. Con este slogan como bandera y con el propósito de “difundir el abolicionismo como herramienta de lucha contra el sistema prostituyente y de defensa de las personas en situación de prostitución” sesionó en la ciudad de Buenos Aires el “I Congreso Abolicionista Internacional. Hacia un abolicionismo real”.

El Congreso buscó “difundir el abolicionismo como herramienta de lucha contra el sistema prostituyente y de defensa de las personas en situación de prostitución”, como dice el documento de las organizadoras, agrupaciones abolicionistas y centros de investigación académica: Trece Rosas; Furia Trava; Red Alto al Tráfico y a la Trata (RATT Argentina); Taller abierto de historia de género, Cát. Historia Argentina III “B” (FFyL-UBA); Instituto Interdisciplinario de Estudios e Investigaciones de América Latina (Indeal, FFyL-UBA), entre otros. También visibilizaron las voces de las sobrevivientes, en el país  y en otros lugares del mundo. En ese sentido se destacó la presencia de la rumana Amelia Tiganus sobreviviente, activista, integrante del equipo de feminicidio.net. Estuvieron presentes referentes abolicionistas internacionales como la alemana Ingeborg Kraus, psicoterapeuta especialista en trauma (ver aparte), y la eurodiputada española Ángela Vallina.

Argentina: el debate por la autonomía

En el panel “Prostitución, tráfico y trata en Latinoamérica” participaron representantes de varios países de la región e hicieron una radiografía de la situación. Viviana Caminos, presidenta de la Red Alto al Tráfico a la Trata RATT Argentina, dijo  que hay un gran faltante en la discusión que se da en torno a los intentos de legalizar la prostitución: “Entre la trata y la prostitución está la explotación sexual, de lo que no se habla”. “En cada allanamiento de los que participé no encontré nunca una trabajadora autónoma, siempre hay alguien que regentea (policía, fiolo…). Descreo de la autonomía, ya que en el 99 por ciento de los casos les retienen un porcentaje de sus ingresos”. También dijo que “en los últimos años ha habido un avance de un discurso de la libertad sexual, nos acusan de moralistas. Se esconde así la explotación sexual, porque no hay ejercicio autónomo de la prostitución”.

Caminos denunció también que a ocho años de aprobada la ley de trata en muchas provincias “ni siquiera tienen equipos de asistencia para las víctimas”. “Nación solo asiste en el momento del rescate, luego las víctimas vuelven a su territorio y no hay nada, no hay voluntad política. En muchísimas provincias de argentina tenemos a las víctimas a la buena de dios”, dijo.

Graciela Collantes, de Amadh (Asociacion de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos), la única organización argentina que congrega a mujeres víctimas de la prostitución, la explotación sexual y la trata, dijo a este diario que “la mayor demanda que tenemos de las mujeres es una salida laboral distinta a la prostitución”. “Es importante que el abolicionismo no se está cumpliendo y que es una herramienta de protección de los derechos humanos de las víctimas”, dijo. También denunció “el hostigamiento policial” que sufren las mujeres que ejercen la prostitución, por ejemplo en la ciudad de Buenos Aires. “Y no hay un organismo que tome estas demandas que son de suma urgencia. Son vulnerados sistemáticamente los derechos de las personas. Por ejemplo en los barrios de Once y Flores, es un hostigamiento permanente hacia las personas en prostitución de parte de la Policía Federal”. “Necesitamos que las políticas públicas de formación laboral, de salud, de educación lleguen al territorio. Están llegando pero de manera precaria”, dijo. “Necesitamos una política integral, que contemple los procesos de las personas. No es darle una capacitación laboral y se terminó. Es acompañar desde el inicio hasta que esta persona se vuelva autónoma para poder decidir qué hacer con su vida”, agregó. Dijo que también faltan campañas de visibilización de los “secuestros y captaciones de jóvenes en las salidas de los colegios”.

Otra argentina, Rosana López Rodríguez, de Trece Rosas, denunció los fondos millonarios que destinan fundaciones como las de George Soros o Bill Gates para legalizar la prostitución. “Con la excusa de combatir el sida, organizaciones internacionales empujan en sentido de la legalización”, dijo. También criticó el paradigma de organizaciones que se presentan a la regulación de la prostitución desde la perspectiva de la ampliación de derechos de las trabajadoras.

México: los números de Tijuana

Rita Hernández, vicepresidenta de la Coalición Internacional por la Abolición de la Prostitución, vino desde Tijuana para participar del Congreso. Dijo que México es un país de tráfico, fuente y destino de trata. En un diagnóstico nacional de 2014 se detallaron tres modalidades de fines de la trata: explotación sexual, turismo sexual y pornografía. “México el segundo lugar, después de Tailandia, para el turismo sexual infantil y primer emisor mundial de pornografía infantil”, dijo. Según otro estudio citado por Hernández, en la ciudad de México, uno de cada seis hombres es consumidor de sexo pago. “Las mujeres se prostituyen para sobrevivir, no para liberarse sexualmente”, apuntó, en línea con el planteo de Caminos. “Cuando se habla de prostitución, no hablamos de placer, intimidad, sino de violencia, explotación y negocios”, puntualizó. Explicó que Tijuana es el más grande corredor de prostitución de México. Una investigación sobre el fenómeno en esa ciudad, arrojó que el 83 por ciento de las mujeres que ejercen la prostitución fueron instigadas a entrar en la prostitución antes de los 18 años y que la edad promedio de entrada son los 16, así como que la escolaridad promedio es sexto grado de primaria. También encontró que el 16 por ciento de las mujeres están infectadas de vih sida mientras en la población en general el porcentaje es de 0,2. El 43 por ciento de las mujeres llegó a Tijuana coaccionada y el 66,7 sufrió algún evento traumático violento relacionado con un cliente. 

Realidades de Puerto Rico y Brasil

Kala González, fundadora de la Alianza de Puerto Rico contra la Trata Humana, explicó que su país se guía por los protocolos que aprueba EE.UU. y las leyes federales. En 2012 el gobierno de EE.UU. empezó a investigar la trata en Puerto Rico y se legisló un procedimiento jurídico para los delitos de trata; “se tipificó la trata en el Código Penal pero no se logró una ley específica”. “Tenemos paradigmas retrógrados que no permiten que se pueda identificar a una víctima”, aseguró. 

En tanto, Ariane Silva Dos Santos, del Levante popular da juventude del Frente Brasileño por la Abolición de la Prostitución, explicó que en su país el proxenetismo está prohibido por la ley pero que la prostitución se reconoce como un oficio desde 2002. La situación al día de hoy, dijo, es que “las mujeres no quieren registrarse como prostitutas por el estigma que genera y el impacto en sus familias”. También comentó que en 2013 la Central Unica de las Trabajadoras y trabajadores de Brasil (CUT), la más grande de América Latina, debatió un proyecto para legalizar la prostitución y decidió no apoyarlo.

 

Amelia Tiganus, sobreviviente de las redes de trata, activista, participó en el congreso.

 

Rita Hernández, representante de México.