Desde Santa Fe

La Cámara Federal de Casación Penal confirmó ayer la primera sentencia que declaró culpable a Hugo Tognoli y lo consideró un "calificado protector" del narcotráfico en la provincia. Es el fallo del Tribunal Oral de Santa Fe de octubre de 2015 que condenó al ex jefe de Policía a seis años de cárcel, a su cómplice y ex jefe de Inteligencia de Drogas Peligrosas, José Luis Baella, a cinco años de prisión y a un vendedor de sustancias ilegales, Daniel "Tuerto" Mendoza a seis años y seis meses. A los dos policías, por el "encubrimiento agravado" a Mendoza en 2011 y 2012, a éste por "fabricación y comercialización de estupefacientes" y a los tres, por "coacciones" a la líder de Madres Solidarias, Norma Castaño, quien había denunciado la trama de complicidades, incluso ante el propio el ex gobernador Hermes Binner, ya febrero de 2011. En una resolución de 54 páginas, Casación ratificó a Tognoli como "autor responsable" de los cuatro delitos que se le imputaron en el juicio en Santa Fe: "encubrimiento triplemente agravado por ser especialmente grave, haber actuado con ánimo de lucro y ser funcionario público", "incumplimiento de los deberes de funcionario público", "incumplimiento de la obligación de promover la persecución y represión de delincuentes", todos en concurso real con las "coacciones" a Castaño.

La Sala I de Casación está integrada por las juezas Liliana Catucci y Ana María Figueroa y su colega Eduardo Riggi. En el primer voto, Catucci repasó los dos hechos de "encubrimiento" a Mendoza que se ventilaron en el proceso: el primero, entre el 3 de marzo y el 25 de agosto de 2011, y el segundo, al año siguiente, el 3 de marzo de 2012, cuando dos investigadores de Asuntos Internos descubrieron un encuentro secreto entre Baella y Mendoza, en la casa de éste en Colastiné. Más las "coacciones" a Castaño, en las que participaron Tognoli, Baella y Mendoza. Una maniobra que se consumó con un video que el Tribunal de Santa Fe dijo que se filtró desde la Policía. "La difusión pública del video se produjo desde el seno de la policía, bajo el título 'Madre del dolor transa con narco'".

La Cámara coincidió con el Tribunal de Santa Fe que Mendoza "protagonizó de manera organizada con Tognoli y Baella las coacciones" a Castaño para "obligarla a cesar en las denuncias" contra el propio jefe de Drogas Peligrosas que luego asumió como jefe de Policía de la provincia en diciembre de 2011. "Mendoza amenazaba" a Castaño "por la repercusión que tenían sus denuncias contra Tognoli y el personal de Drogas, dado que ponían en riesgo la cobertura de Mendoza en sus actividades ilícitas". "Recuérdese que Castaño ya había denunciado a Tognoli el 9 de febrero de 2011 ante el gobernador de Santa Fe (Binner), el 3 de marzo de 2011 ante la fiscal provincial (Graciela) Parma, y el 18 de mayo de 2011 ante el fiscal (Rubén) Díaz", agregó.

"La coacción a Castaño quedó probada", sentenció la Cámara. "El análisis pormenorizado de las pruebas producidas en el debate permitió descubrir la complicidad de Tognoli y Baella con Mendoza. Ahí se explica que Mendoza tuviera material fílmico" para presionar a Castaño y obligarla a cesar "en sus denuncias contra" los policías. El video fue confeccionado por orden y bajo la dirección de Baella tal como se dejó sentado en el fallo al señalar que éste le había indicado al empleado policial Otaduy que hiciera esas filmaciones. "La verdadera intención de Baella" no era investigar a Mendoza "como correspondía por su función policial, sino todo lo contrario, proteger su actividad de narcotráfico", al punto de intimidar con un montaje fílmico a quien lo estaba denunciando", que era Castaño.

"Quedó probado que Tognoli ayudó a Mendoza a eludir las investigaciones" judiciales", señaló la Cámara. "Tognoli conocía la actividad ilícita de Mendoza" y "la prueba de su complicidad bien permite extenderla hacia la comercialización de estupefacientes que llevaba a cabo Mendoza dada la llamativa pasividad de Tognoli. Esa pasividad quedó expuesta al haberlo localizado en el domicilio de unos de los empleados de la Drogas Peligrosas y no adoptar medida alguna pese a la gravedad" del hecho.

"Tognoli conocía con exactitud el accionar de Baella, sabía que había fraguado una investigación con el único objetivo de proteger al narcotraficante y desprestigiar a Castaño, a quien identificó como una `denunciante compulsiva'". Sin embargo, "y sin razón atendible, la complicidad de Tognoli y aún de Baella quedó limitada a las omisiones personales cuando era evidente la existencia de un interés patrimonial derivado del narcotráfico de Mendoza".

Tognoli "sabía que Mendoza era un infractor a la ley de narcotráfico" y como jefe de Drogas Peligrosas "contribuyó junto a Baella a ocultar la actividad ilícita que realizaba Mendoza y debilitar toda investigación en la cual estuviera sospechado".

A partir de eso, la Cámara se pregunta por qué la "investigación respecto de Tognoli y Baella en esa complicidad evidente que se dejó probada no haya avanzado en el lucro de los funcionarios vinculado con el tráfico de la droga por el cual se responsabilizó a Mendoza. Se hizo referencia a un 'beneficio propio'. Beneficio propio que deberá ser investigado comenzando por su patrimonio", concluyó la Cámara.