Pablo Sebastián Zanotti tiene 40 años, vive con su mujer y sus tres hijos pequeños desde 2013 en el barrio de Palermo y desde que colocaron un contenedor en la puerta de su casa, convive con la basura que arrojan los vecinos de su cuadra, las ratas, el olor nauseabundo y el temor de ser víctimas de alguna enfermedad en el futuro.    

–¿Qué es lo que sucede con el contenedor que está ubicado en la puerta de su casa?

–Yo tengo el contenedor, desde el inicio de la implementación de este proyecto, en la puerta de mi casa, en El Salvador y Salguero, y desde entonces tengo problemas porque la cantidad de basura que se junta constantemente en la puerta de mi casa es inhumano. Entre el olor, las cosas que chorrean, la gente que deja todo tipo de cosas... Todo eso motivó un reclamo a la Ciudad, que hice a través de un Facebook Live que realizó el ministro de Ambiente y Espacio Público Eduardo Machiavelli. 

–¿Tuvo algún tipo de respuesta?

–Sí, tuve respuesta directamente del ministro a través de Messenger y por correo. Le pasé mis inquietudes, le comenté que tengo todos los sábados (día que no se debe sacar la basura) y todos los días basura en la puerta de mi casa. Si hay días de tormenta también hay basura, es constante. Le comenté eso, le mandé fotografías que fui tomando en el tiempo, porque esto ya me tiene bastante saturado, y me contestó que lo iban a ver, que iban a mandar una cuadrilla. Me enviaban cuadrilla para limpiar cada vez que me comunicaba con él  pero la solución de fondo no está. Le pedí que movieran el contenedor o lo sacaran. Me respondió que habían venido a ver el contenedor y que estaban en sus reglas y que no había ningún problema para que el contenedor estuviera ahí, lo que me pareció medio raro porque los lugares donde tienen que estar los contenedores están delimitados con unos topes para que no se mueva, pero este contenedor no tiene esos topes, con lo cual esas reglas de las que él me hablaba no estaban. Supongo que no lo vieron o que no vinieron. Esa es la problemática constante que yo tengo. La gente no está educada para tener estos contenedores. No se hace ningún  proceso de separar la basura, he encontrado desde pintura hasta tubos fluorescentes, muebles enteros, no se cumple con las normas de la basura. Y sobre todo los sábados, que tengo basura todo el día. 

–¿No pasan todos los días a retirarla? 

–Hay días que no pasan, pero generalmente vienen todos los días. El tema es la cultura de la basura, porque a partir de las 20 se puede sacar la basura y acá hay basura durante todo el día. Un día más frío no sentís nada, pero un verano de 40 grados no se puede pasar por la puerta y me afecta, porque realmente está exactamente en la puerta de mi casa, no puedo recibir a nadie, no puedo hacer una reunión, festejar un cumpleaños, nada. No se puede aguantar. 

–¿Su casa tiene una ventana que da a la calle?

–Exactamente. Al lado de la puerta hay una ventana, y la ventana la tengo constantemente cerrada. No puedo abrirla porque el olor que entra es inmundo. Y después, lo que fue pasando con los años es que tuve que multiplicar la cantidad de veces la desratización de mi casa porque me ha pasado encontrarme con roedores de distintos tamaños en el frente y en el fondo de mi casa. Lo que normalmente hacía una vez por año, ahora lo estoy haciendo dos veces o tres. Esta es la historia resumida de las idas y vueltas con los contenedores. 

–¿Desde qué año vive en esa casa?

–Desde 2013. Y desde el momento que pusieron el contenedor empecé a sufrir que todos los vecinos de la cuadra pongan la basura en la puerta de mi casa. Y no es una cuestión de por qué en la puerta de mi casa. El tema es que la gente, al no estar educada, tira basura de todo tipo y está todo el tiempo la basura. Está bien, por ahí hoy pasan a las 23, que es el horario en el que escucho que pasan, pero yo tengo basura todo el día. 

–¿Y es un contenedor por cuadra, como dicen, o es el mismo para su cuadra y la de enfrente?

–Es la cuadra mía y la de enfrente, porque tengo la fortuna de tener una escuela enfrente y por suerte siempre tienen su frente limpio. Yo quiero contribuir con mi parte, pero el gobierno no me dio ninguna solución, el contenedor está ahí todavía y creo que lo voy a tener que seguir sufriendo bastante tiempo más. Mis hijos son chicos y espero no enterarme dentro de veinte años que tener ese contenedor en la puerta les produjo algún tipo de enfermedad rara a alguno de ellos. Yo los cuido, pero espero que no pase nada.