La causa por el asesinato de Facundo Ferreira, el niño tucumano de 12 años muerto de un balazo policial en la nuca, mostraba ayer los primeros avances en casi cuatro meses. La fiscal de la causa había reclamado la aprehensión de uno de los policías imputados luego de tomarle declaración indagatoria, hasta que un juez intercedió a su favor y dispuso su liberación. 

La Justicia intentará determinar si los dos agentes imputados encubrieron el caso, luego de que la fiscal Adriana Giannoni citara a los policías Nicolás Montes de Oca y Mauro Cáceres Díaz, quienes persiguieron esa noche a Facundo. Tras escuchar a Cáceres Díaz (quien efectuó los disparos), la fiscal dispuso su aprehensión y solicitó a un juez que se le dictara su detención. Sin embargo, Víctor Manuel Rouges rechazó el planteo una hora después, a pesar de que no era el “magistrado natural” sino un juez de turno. 

Dos semanas después de que los peritos confirmaran que el chico tucumano no tenía pólvora en sus manos y pusieran en jaque la versión policial, finalmente Gianonni reclamó la presencia de los uniformados involucrados. Ellos habían alegado un supuesto enfrentamiento con Juan y Facundo, los chicos que viajaban en la moto perseguida, aunque el estudio acreditó que Facundo no disparó, lo que reforzó la hipótesis del gatillo fácil. 

Si bien es cierto que no se informó la imputación en su contra, Cáceres Díaz quedó aprehendido a pedido de Gianonni, por lo que se supone que se lo terminó acusando de homicidio, según señala el diario La Gaceta. Restaba que el juez natural, Facundo Maggio, confirmara el dictado de su detención para que la fiscal se tomara los 10 días hábiles para definir si le pedía o no la prisión preventiva. El que intervino no fue Maggio sino Rouges, el magistrado de turno (a pesar de que en este tipo de casos se espera la decisión de los jueces naturales). El interrogatorio de Montes de Oca, quien conducía la moto durante la persecución, se pospuso hasta hoy. 

La fiscal busca esclarecer algunos puntos oscuros de la causa. Sobre todo, las dudas rondan respecto al tiempo que se demoró la policía en avisar del hecho. Según el diario tucumano, personal que trabaja a las órdenes de Giannoni fue informada del trágico episodio una hora y media después de haberse producido. Al llegar, vieron que no tuvo intervención la división Homicidios sino que fueron los hombres del servicio 911 -compañeros de labor de los procesados- y de la jurisdicción, quienes habían intervenido en el caso recolectando pruebas y cerrando el área. 

Los familiares de Facundo y organismos de derechos humanos pedían la citación del policía desde comienzos de mayo, cuando se empezaron a acumular varios indicios de presuntas “irregularidades en el procedimiento”. Estudios habían dado cuenta de restos marihuana y una sustancia similar a la cocaína en uno de ellos. También apareció un video filmado por una persona que estuvo en la esquina donde cayó Facundo, que muestra a los agentes pasivos ante los gritos de Juan, el niño que manejaba la moto en la que viajaba la víctima, quien rogaba que ayudasen a su amigo tirado en el piso.

Las pericias médicas también complican a los agentes porque la espalda y los brazos de Facundo presentaban "múltiples" lesiones de perdigones de goma utilizados por la Motorizada 911 y su rostro tenía un golpe. Los familiares relacionaron esa herida con el testimonio de transeúntes de la esquina de Río de Janeiro y Avellaneda, quienes de manera informal les contaron que la policía había pateado al niño en el piso. Por último, tal como develó este diario, los profesionales del hospital Ángel Padilla que recibieron a Facundo le dijeron a la familia de la víctima que la policía les había informado de un accidente de tránsito y que luego se dieron cuenta del balazo en la cabeza y las heridas de balas de goma en el cuerpo del niño.