La designación de Néstor Pitana para dirigir Uruguay-Francia es, cuanto menos, polémica. Los uruguayos se quejan, los franceses patalean y Pitana no dice nada, pero sabe que lo metieron en un compromiso grande. No parece lógico que la FIFA decidiera la elección de un árbitro argentino en un partido en el que juega la selección de un país vecino, casi pegado en este caso. ¿No había otros árbitros? No era más natural que se eligiera un norteamericano, un  australiano o un africano. Los uruguayos se quejan porque dicen que nunca les fue bien con Pitana, que dirigió cuatro veces a la Celeste con un saldo de tres empates (triunfo luego en la definición por penales) y una derrota. De lo que más se acuerdan es de un partido contra Chile en el que cayeron 2-0 y dicen que fueron muy perjudicados. El Maestro Oscar Tabárez dejó un doble mensaje cuando le preguntaron “por Pitana: nunca ganamos con él, pero es un buen árbitro”, dijo. La madre del árbitro Tania Pitana fue consultada por un medio misionero y respondió con fina ironía. “Cada vez que dirige mi hijo alguien se acuerda de mí, pero ya estoy acostumbrada, los hinchas son muy parciales”, dijo la señora.

Pitana dirigió tres partidos en este Mundial: Rusia-Arabia Saudita, Suecia-México y Croacia-Dinamarca. Si le va bien hoy se puede perfilar para dirigir la final.