Publicar inclusivamente, con la atención puesta en la organización y desarrollo de la historieta, es la tarea que se propuso hace diez años la editorial Loco Rabia. Es gracias a empecinamientos semejantes que se puede hablar de historieta argentina. “Es lo que intentamos hacer desde un principio, a veces se pone más difícil, pero nunca publicamos pensando en cuánto iba a vender un título, sino en que nos gustara a nosotros antes que nada”, dijo uno de sus responsables, el dibujante Marcos Vergara, a Rosario/12.

Con el título 10 años de Loco Rabia, las galerías del Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río) cobijarán desde el próximo viernes un recorrido histórico que podrá leerse desde la trayectoria del sello editor –fundado por Vergara y el guionista Alejandro Farías- así como muestrario de eso que empecinada y orgullosamente se denomina historieta argentina. La muestra fue producida por el Centro Cultural de España en Buenos Aires (Cceba) y llega a la ciudad de modo coincidente con los 25 años del Parque de España. “El Cceba es una institución que nos ha apoyado desde hace mucho tiempo, nos ha financiado muchos libros, a pedido de ellos, y siempre nos han prestado su lugar para presentaciones. La muestra reúne más de 100 libros que sacamos en estos diez años”, agrega Vergara.

Extractos de la historieta “Cambalache” de Farías y Zelaya.

El nacimiento de Loco Rabia permite delinear un momento y una época, cuando Vergara y Farías querían hacer lo que sabían: historietas. “La editorial nace por nuestra inquietud como autores, en una época donde estaban empezando a aparecer algunas editoriales. Quisimos sumarnos a esa movida porque veíamos que se reactivaba el tema editorial. Cuando arrancamos, lo hicimos para sacar nuestro primer libro, que se llamó Traición, una antología de los autores que habían estado luchándola junto a nosotros, durante los ‘90, cuando no había industria editorial. Queríamos sacar ese libro y ver qué pasaba. Y la verdad que fue todo subiendo, mejorando cada vez más. Llegamos hasta el día de hoy casi sin pensarlo”, cuenta el dibujante.

Ese recorrido permitió que se sumaran muchos nombres hoy fundamentales en el panorama del medio, pero también otros que ya tenían una trayectoria labrada como lo significan Horacio Lalia, Domingo Mandrafina, Oscar Capristo, Eduardo Mazzitelli, Quique Alcatena, Fernando Calvi y Alberto Saichann. De este último, sólo quedaban páginas y recuerdos para los lectores de Skorpio y Fierro. “Saichann se había retirado de la historieta y se dedicó a hacer ilustración para publicidad. Fue Alejandro quien me lo propuso y lo rastreó. Ya sacamos tres libros suyos”.

--Si te obligo a pensar algunos títulos, ¿cuáles serían?

--El primer libro que sacamos de Quique (Alcatena), Acero Líquido, fue un punto de inflexión, fue la primer obra de autores consagrados que sacamos y nos dio un empuje muy fuerte. Con ese libro me pasó algo particular: había que volver a rotularlo, y por el guión que nos habían mandado teníamos algunas dudas. Así que fui a la casa de mis viejos, a la biblioteca de mi habitación juvenil, y cuando saqué del estante las Skorpio me reencontré conmigo mismo adolescente, ¡no podía creer lo que estaba haciendo! También fue un gustazo editar Basura, de Carlos Trillo y Juan Giménez. Pero como libro sobresaliente siempre pienso en Mi Buenos Aires querido, un libro de producción original de la editorial, una antología que hizo Alejandro junto a varios dibujantes de Argentina y Latinoamérica. Fue muy exitoso para nosotros, lo tuvimos que reimprimir varias veces, y creo que fue el primero del catálogo de autores nóveles que anduvo muy bien; después hubo muchos más, pero ése fue el primero.

“Acero líquido” de Eduardo Mazzitelli y Enrique Alcatena.

El catálogo de Loco Rabia incluye también artistas extranjeros, muchos de estos libros posibles “gracias a coeditar, algo que venimos practicando desde el principio, a partir de nuestro segundo año de existencia, y nos ha permitido crecer muchísimo. Nosotros tenemos ahora una comiquería en Capital, ‘La Fábrica de historietas’, y la abrimos entre cuatro editoriales. En la Feria del Libro estuvimos con stand propio gracias al colectivo Nueva Historieta Argentina (NHA), que surge del trabajo conjunto de varios editores”.