El Vaticano anunció ayer que no realizará una protesta formal al gobierno de Nicaragua por la agresión sufrida por su nuncio en el país centroamericano a principios de esta semana. “El nuncio supo gestionar muy bien la situación. No protestaremos”, declaró el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, en el canal católico italiano TV 2000. El embajador del Vaticano y otros obispos, entre ellos el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes, fueron agredidos el lunes cuando acudieron a liberar un grupo de paramédicos y misioneros franciscanos sitiados por parapolicías en un templo en el departamento de Carazo. Parolin manifestó, además, su deseo de que se retomara el diálogo en Nicaragua, pero señaló que para ello era necesaria voluntad de ambas partes. “Por desgracia, existen grupos paramilitares que siembran el terror y la violencia en el país”, se lamentó el secretario de Estado vaticano. Por su parte, los obispos en Nicaragua, aglutinados en la Conferencia Episcopal, decidieron continuar siendo mediadores en el diálogo entre el gobierno de Ortega y la oposición, e informaron que anunciarían el reinicio de las negociaciones a fines de esta semana, informó el diario local La Prensa. “Va a continuar (el diálogo). Nos unimos a tanto dolor y sufrimiento de tantas personas que han sufrido esta violencia, unidos con paciencia y humildad”, declaró Carlos Herrera, obispo de Jinotega. “No nos retiramos, pese a la hostilidad del Gobierno. Seguimos creyendo que el diálogo es el camino para superar la violencia en Nicaragua”, afirmó el obispo auxiliar Silvio José Báez.