A pesar de no haber convertido en sus últimos tres encuentros, la Bota de Oro fue para el inglés Harry Kane, que lideró la tabla de goleadores en Rusia con seis tantos, a dos de ventaja del portugués Cristiano Ronaldo, el belga Romelu Lukaku, el ruso Denis Cheryshev, y los franceses Antoine Griezmann y Kylian Mbappé.

Dos goles a Túnez, tres a Panamá (dos de penal) en fase de grupos y uno a Colombia (también de penal) en octavos de final llenaron la cuota anotadora del delantero y capitán británico de 24 años, que tuvo en Rusia su primer Mundial. En la cuenta estadística del atacante de Tottenham se contabilizan 2,3 tiros por partido con un 42 por ciento de acierto al arco, 3,5 faltas recibidas y 2,5 pelotas perdidas. Además, Kane se transformó en el segundo inglés en conseguir el premio al máximo goleador de una Copa del Mundo. El primero había sido Gary Lineker que, con seis, superó en uno a Diego Maradona en México 1986. Esa barrera de seis tantos sólo pudo ser superada en los últimos cuarenta años (y once Mundiales) por el brasileño Ronaldo, quien marcó ocho en el Mundial celebrado en Corea-Japón 2002. Los que dudan de la valía del artillero argumentan que convirtió solo uno de sus seis goles en los partidos de peso, de penal ante los de Pekerman. Los máximos anotadores en las instancias de eliminación directa fueron Griezmann (dos de penal), Mandzukic y Mbappé, con tres goles cada uno.