En junio se vendieron 18.120 motovehículos usados, lo que representó una baja de 3,8 por ciento respecto de igual mes del año pasado, según informaron ayer desde la Asociación de Concesionarios de Automotores (Acara). La caída del poder adquisitivo de los salarios y el encarecimiento del financiamiento, que le agrega casi un 50 por ciento de costo sobre el precio de contado en concesionarias retrajo las ventas de motos nuevas y usadas. Pese a la caída de junio, en el año acumula un crecimiento de 6,4 por ciento respecto del primer semestre de 2017. El 93 por ciento de las transferencias de usados se concentró en motocicletas de cilindrada media y un 71 por ciento de origen nacional.