El presidente Mauricio Macri no participará hoy del acto oficial por el 24 aniversario del atentado contra la AMIA en el marco de una fuerte convulsión dentro de la comunidad judía. El mandatario continúa con su actitud de no exponerse, como ocurrió con los últimos actos patrios del 25 de mayo, el 20 de junio y el 9 de julio y con la suspensión de los timbreos. Tampoco es que con la ausencia de hoy se marca una diferencia nítida con el pasado: Macri estuvo en uno solo de los aniversarios. Seguramente el presidente está al tanto del choque entre la AMIA y la DAIA, las dos entidades que actúan como referentes comunitarios: el encontronazo es tan fuerte que el presidente de la DAIA, Alberto Indij, dio a entender el lunes que no sabe si está invitado a la concentración de hoy frente al predio donde se produjo el atentado, en Pasteur 633. Durante la jornada de hoy habrá otros dos actos, también frente a Pasteur, protagonizados por los familiares de las víctimas, muy distanciados de la conducción comunitaria. A las 18.30, en el acto de Memoria Activa hablará el periodista Néstor Espósito, el humorista Roberto Moldavsky, el abogado de Memoria, Rodrigo Borda y una de las dirigentes de la agrupación, Diana Wassner. Dos horas antes, a las 16.30, se realizará el acto de la organización 18-J, sin que se conozcan los oradores.

En reemplazo del Presidente, hoy estarán a las 9.30 el jefe de Gabinete Marcos Peña, la vicepresidenta Gabriela Michetti y el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj. Como todos los años, sonará el shofar a las 9.53, horario en el que aquel 18 de julio de 1994 explotó el artefacto explosivo. A continuación se leerán los nombres de las 85 víctimas y luego hablará el presidente de la AMIA, Agustín Zbar, el secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro y uno de los familiares de las víctimas que está alineado con los dirigentes. Macri mantuvo la decisión de esquivar las concentraciones públicas, pero ayer recibió a las autoridades de la AMIA en la Casa Rosada.

El acto oficial hizo bastante ruido en esta semana porque es prácticamente pública la pelea entre la AMIA y la DAIA. El titular de ésta última entidad, Alberto Indij, se preguntó el lunes en un medio comunitario, Radio Jai, si la DAIA estaba invitada al acto, dejando en claro que fueron marginados de la convocatoria. No aparece la DAIA en el cartel de anuncio del acto y no se anunció ningún orador de esa entidad. La DAIA tuvo que recluirse en FOPEA, una organización de periodistas, y realizó ayer en el Hospital de Clínicas un homenaje a los cronistas que cubrieron el atentado. 

Como se recordará, el anterior presidente de la DAIA, Ariel Cohen Saban, tuvo que renunciar a raíz de un escándalo de acoso sexual, pero como trasfondo también hubo un manejo oscuro de fondos y movidas políticas cuestionadas. La DAIA –con la influencia del diputado del PRO, Waldo Wolf, y de Patricia Bullrich– fue el gran ariete de la comunidad judía contra Cristina Fernández de Kirchner y Héctor Timerman. Incluso auspiciaron detrás de bambalinas, a través de dos familiares, la acusación por traición a la patria en la causa del Memorándum, sustentando, en el caso de Timerman, el viejo adagio antisemita de “funcionario judío traidor a la patria”. Es más, en el expediente del Memorándum, la DAIA reclamó ser querellante, es decir que fue directamente acusador y parte decisiva en las imputaciones. La movida nunca tuvo demasiado respaldo en la AMIA, más renuente a meterse tanto en el área política, sobre todo con semejante alineamiento partidario con el PRO. Habrá que ver si Zbar menciona algo hoy.

Por el lado de Memoria Activa, la convocatoria está centrada en el juicio por encubrimiento que está en las instancias finales y que es un proceso casi inédito en el mundo. Están sentados en el banquillo de los acusados el ex presidente Carlos Menem; el juez, los fiscales, todo el aparato de inteligencia, el principal policía y hasta el ex presidente de la DAIA. La acusación es por haber acompañado maniobras para desviar la investigación del atentado, básicamente orientándola contra la Policía Bonaerense de Eduardo Duhalde. Eran tiempos de la guerra Menem–Duhalde. 

La consigna del acto de Memoria Activa es muy clara: “Señores jueces, exigimos justicia”. Esta agrupación junto a APEMIA, que lidera Laura Ginsberg, y 18-J de Olga Degtiar, encabezaron la acusación contra todos los imputados durante el juicio por encubrimiento y ponen el eje en que debe haber condenas de los que no investigaron o incluso desviaron la investigación.   

En los últimos meses, el gobierno de Cambiemos hizo esfuerzos por evitar condenas fuertes argumentando que eso debilitaría la acusación con Irán. Los rumores indican que los operadores de Cambiemos le prometieron el ascenso a uno de los jueces del tribunal y el marido de otra magistrada acaba de ser nombrado en un altísimo cargo. Es una muestra más del alineamiento de la Casa Rosada en el caso AMIA y de la sintonía con el reclamo de las derechas de Estados Unidos e Israel: que se mantenga la acusación contra Irán y no se “desvíen esfuerzos” en la causa del encubrimiento.  

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