El Gobierno redujo aranceles de importación para unas 130 autopartes, que ahora tendrán que abonar sólo un 2 por ciento de arancel externo. La rebaja rige sólo para las partes utilizadas en la producción de autos y de otras autopartes, es decir que excluye a las que se dirigen directamente al mercado de reposición. Esto permite reducir el costo de importación y se aplica, en teoría, para las autopartes que no se producen localmente, lo cual evita el deterioro de la industria nacional. “Es una medida consensuada, aunque hay que estudiar las posiciones arancelarias beneficiadas”, dijeron desde el sector privado. “El objetivo es reducir costos y mejorar la competitividad de las empresas. Incluye a fabricantes de remolques, buses, camiones y maquinaria agrícola”, dice la resolución que lleva la firma de Fernando Grasso, secretario de Industria.

La adopción de la medida responde a una decisión de Brasil, que anunció semanas atrás una serie de incentivos para su industria local. Por ese motivo, el ministro de Producción de la Argentina, Dante Sica, viajó el 9 de julio a Brasilia. A su vuelta, se tomó la decisión de la rebaja de aranceles, que impacta negativamente sobre los ingresos fiscales.

“Seguiremos trabajando en distintas medidas para mejorar la competitividad de la industria con asistencia técnica, financiamiento y la baja de costos impositivos, logísticos y laborales no salariales, especialmente con la cadena de valor autopartista”, dijo Grasso.

Según los últimos datos sectoriales, el déficit comercial en autopartes en el primer trimestre de 2018 ascendió a 1804 millones de dólares, lo cual implica un avance del 32,5 por ciento en relación al mismo período de 2017. Las exportaciones de autopartes alcanzaron a 373,4 millones de dólares en el primer trimestre, con una suba interanual del 1,7 por ciento, mientras que las importaciones crecieron un 26 por ciento hasta los 2178,2 millones de dólares. La compra al exterior de partes y piezas subió por encima de la producción de vehículos en el período enero y marzo, del 20 por ciento. El boom importador de autos desde Brasil implica que las empresas no están cumpliendo el acuerdo comercial bilateral, que establece un techo al desequilibrio comercial, lo cual podría derivar en sanciones.