El fiscal federal Jorge Di Lello solicitó el cierre del aeropuerto de El Palomar hasta tanto se determine si hay riesgo para la “seguridad pública” y también el cese de los vuelos de Flybondi. Di Lello renovó así el pedido que su colega Franco Picardi realizó mientras lo reemplazó durante la feria judicial,  luego de que un avión de esa empresa impactara con su cola la pista del aeropuerto de Iguazú durante un despegue que debío ser abortado.

Di Lello viene realizando una investigación de oficio sobre la seguidilla de incidentes que tuvo Flybondi en el semestre que lleva en operaciones. Su objetivo es determinar si hay riesgo para los pasajeros.

En su pedido de cancelación de los vuelos de la low cost y de cierre del aeropuerto que utiliza como base para operar, Di Lello advirtió que los incidentes con sus aviones “escapan a un simple hecho fortuito, hacen a la seguridad pública y deben tener respuesta de parte de la justicia a quien se reclama su intervención para que -como en estos casos- evitar que se produzca un mal mayor, ameritando en consecuencia, la suspensión de la empresa para operar, y en mayor medida, de la terminal aérea para operar como tal, en aras del interés general de la comunidad, y hasta tanto se realicen las pericias técnicas que acrediten las condiciones de seguridad, tanto de la empresa, como del aeropuerto”.

La solicitud del fiscal responde al pedido que en ese sentido realizaron vecinos de El Palomar, quienes desde que la empresa que conduce actualmente Julián Cook empezó a volar desde ese lugar alertan sobre los riesgos que ello implica. Citan en ese sentido que en las inmediaciones del aeropuerto hay un polvorín militar y también instituciones educativas en la aproximación del despegue y aterrizaje de los vuelos”.

A los incidentes con sus aviones, Flybondi suma infinidad de cancelaciones por cuestiones climáticas que le impiden operar desde El Palomar, el aeropuerto que el Gobierno armó para que la empresa pudiera desarrollar su negocio. El principal motivo es que la aeroestación carece del sistema ILS que permite realizar aterrizajes con escasa visibildad. Di Lello cuestionó que se hayan dado vía libre a las operaciones comerciales sin ese instrumental y también hizo observaciones acerca del estado de la pista.

Lucas Marisi, uno de los vecinos que formuló el pedido de cierre de El Palomar y el cese de los vuelos de Flybondi, consideró necesario que la Justicia haga lugar al planteo. “Es inminente una solución drástica a esta situación riesgosa”, señaló, además de recordar que también está bajo la mira la nulidad, falsedad y adulteración de los estudios de impacto ambiental realizados por Flybondi, Aeropuertos Argentina 2000 y el Ministerio de Transporte que conduce Guillermo Dietrich para avalar los vuelos comerciales de las low cost desde ese aeropuerto.