Los directivos de diferentes colegios del partido bonaerense de Moreno tomaron la decisión de suspender las clases hasta que los edificios escolares del distrito no estén debidamente habilitados, a dos días de la trágica explosión por escape de gas con dos víctimas fatales. Así lo resolvieron ayer directivos de los 300 establecimientos educativos (de todos los niveles) de Moreno en una asamblea realizada en la Media N° 2 de ese distrito, tras la explosión ocurrida en la Escuela N° 49 en la que murieron dos personas, la vicedirectora Sandra Calamano y el auxiliar Rubén Rodríguez. Y comunicaron que les piden a las autoridades de los colegios de enseñanza privada de esa zona que también se unan al reclamo.

Las autoridades escolares anunciaron la medida, que comenzará mañana, a través de un comunicado con 16 puntos que leyeron ante la prensa, y aseguraron que con un plan de contingencia buscarán garantizar la continuidad pedagógica y los servicios de los comedores para preservar a las alumnas y los alumnos.

Ante la prensa, una de las personas que participaron de la reunión explicó: “Fue una decisión de los directores autoconvocados. Por primera vez nos juntamos todos, porque no queremos que esto se repita y sabemos que con el estado actual de las escuelas puede volver a suceder una tragedia”. En tanto, Luciano Casaux, director de la Escuela N°2 del barrio Zapiola comentó: “Mandan inspectores para ver si hay paro, si tenemos la escuela abierta o si los docentes vienen a clases, pero los inspectores encargados de la seguridad no vienen nunca, ni siquiera después de presentar las cartas en las que contamos todos los problemas edilicios y el peligro que presenta para los chicos venir a clases”.

En diálogo con el portal Minuto Uno, Casaux señaló: “Podemos tener otra tragedia en cualquier momento. Las condiciones están dadas. Todas las escuelas tenemos muchísimos problemas y no están debidamente habilitadas. Corren peligro la vida de los chicos y las nuestras”. Además, Casaux contó que en lo que va del año hizo cuatro presentaciones por peligro de derrumbe en su escuela, ya que hay grietas en los techos. También denunció que en una de las aulas donde tienen clases los chicos de 6º grado hay un tablero de electricidad. “Es increíble, pero hay un tablero de luz dentro de un aula y lo peor es que hay una pérdida de agua justo en ese lugar, que le da directo al tablero. No sabemos si la pared está electrificada. No se puede trabajar así”, indicó.

En lo que va del invierno, tampoco recibieron la visita de los inspectores para revisar las estufas como deben hacer todos los años. “Trabajamos en condiciones desastrosas. Por eso, no queremos que vuelva a pasar una tragedia como lo que sucedió con Sandra y Rubén”, agregó. El director de la escuela comentó que conoció a Sandra hace apenas unas semanas, antes de que comenzaran las vacaciones de invierno, en una reunión de directivos de establecimientos escolares de ese distrito. “Estaba muy preocupada por la situación de su escuela. Vivía para sus alumnos”, contó.