La muerte de dos jóvenes que habían asistido a una fiesta electrónica en Arroyo Seco hizo reunir ayer en Santa Fe a representantes de 40 municipios y comunas de la provincia con el ministro de Gobierno, Pablo Farías. De allí concluyeron en consensuar un proyecto de ley provincial que imponga estándares de controles básicos sobre espectáculos de convocatoria masiva como lo fue la rave de Año Nuevo que se hizo en el complejo Punta Stage. Esto es, no ir por la prohibición de esta clase de fiestas -como se ha especulado- sino por armonizar las normas entre los diferentes municipios y comunas en cuestiones de regulación de la nocturnidad. Precisamente, este asunto es un debate pendiente en el Concejo Municipal de Rosario.

"La idea es hacer un piso normativo común, unificar criterios. La idea no es prohibir sino mejorar los controles y compartir criterios a través de una ley provincial a la que luego cada gobierno local deberá adherir", explicó Guillermo Turrín, subsecretario de Control y Convivencia de Rosario.

El funcionario refirió al desbalance de controles entre municipios cercanos, y los trastornos que ello conlleva para los pueblos más pequeños. "El año pasado realizamos 25.000 controles de alcoholemia, y en algunas comunas tienen pocos inspectores o no tienen alcoholímetro, o tienen boliches sobre la ruta, o en el límite de jurisdicción. Entonces, es necesaria una solución metropolitana", expuso.

Los representantes ayer regresaron a sus lugares de origen con el compromiso de bosquejar entre todos un borrador para que luego el Ejecutivo lo eleve como proyecto de ley a la Legislatura. Ese marco legal deberá sentar disposiciones comunes en aspectos de toda organización de eventos multitudinarios como factor ocupacional, salidas de emergencia, iluminación, ventilación mecánica, protocolo de contingencias, expendio de agua y presencia de ambulancias, entre tantos ítems a establecer. "Fue un primer acercamiento en busca de consenso para contar con una base de requisitos comunes", resumió el funcionario municipal.