El temporal de los últimos días paralizó la producción en más de ochocientos tambos del centro oeste santafesino, el corazón de la cuenca lechera del país. Campos anegados y caminos rurales intransitables golpean a esta economía regional, al punto de perderse alrededor de 1,5 millón de litros diarios de leche cruda. Estiman que esta situación perdurará por lo menos treinta días, lo que equivaldrá a una pérdida total de 256 millones de pesos.

Los ministros de Producción, Luis Contigiani, y de Gobierno, Pablo Farías, evaluaron ayer las pérdidas que propició la abundante lluvia caída en los últimos días sobre seis departamentos que aglutinan el mayor número de los 3.500 tambos que sobreviven aún en territorio provincial. Según las estimaciones oficiales, hay 869 establecimientos productores de leche que están inactivos por estos días, lo que implica que se pierden de producir 1,5 millón de litros de leche diarios. "Corresponden a los seis departamentos damnificados, con Castellanos a la cabeza. Esa cifra, llevada a los próximos treinta días, que es el cálculo mínimo que analizamos como de afectación segura, nos hace inferir que estamos hablando de una pérdida de 45 millones de litros de leche en total, que representan unos 256 millones de pesos", señaló Contigiani. El impacto en la economía lechera se suma a pérdidas agrícolas que el gobierno ya difundiera la semana pasada: según la cartera de Producción, los sembradíos que no serán cosecha en soja, girasol y maíz, representan una pérdida de 764 millones de dólares en casi un millón de hectáreas afectadas. En Santa Fe hay 2,3 millones de hectáreas cultivadas con esas oleaginosas, sobre todo con soja, de las cuales 948 mil están bajo agua o con notorio exceso hídrico. La clasificación que maneja el gobierno advierte en situación crítica 324 mil hectáreas de soja de primera, 316 mil hectáreas de soja de segunda, 80.500 de girasol y 228 mil de maíz. "Hicimos un mix entre rindes bajos, muy malos y posibles pérdidas totales, y nos da una pérdida de 764 millones de dólares", estimó.

Además del quebranto a nivel privado, en el gobierno sopesan los daños en infraestructura que deberá afrontar cuando el agua escurra, empezando por los caminos rurales. "La situación es desoladora, sobre todo porque estos tamberos recibieron dos golpes en menos de un año", mensuró el ministro al recordar que ya en abril del año pasado hubo también intensas lluvias que inundaron la misma zona.

De momento, Contigiani adelantó que la Casa Gris elevará al gobierno nacional un "plan de salvataje para la lechería". Esto es el pedido de fondos y ayuda financiera para reparar la infraestructura estragada y contener desde el Estado central a los productores. En este sentido, el ministro Farías indicó que solicitará mayor asistencia a Nación, al asegurar que "hay una responsabilidad compartida en la atención de la emergencia y en la realización de obras a mediano y largo plazo".