La violencia institucional antecede largamente a la presidencia de Mauricio Macri. Una perversa novedad caracteriza a la actual gestión: la fomenta, al ensalzarla y protegerla. 

Entre otras bellas prácticas, se alaba el asesinato por la espalda. Macri elogió al policía de gatillo fácil Luis Chocobar, departe con él, se indigna porque fue procesado. Patricia Bullrich enaltece y encubre a los Prefectos que ejecutaron a Rafael Nahuel en Bariloche.

La tutela “desde arriba” incita a los agentes de las fuerzas de seguridad. Un prefecto fusiló por la espalda a otro pibe, Christopher “Bocha” Rego. La Prefectura quedó expuesta: no pudo fabular un tiroteo, simular una agresión, dibujar un escenario exculpatorio. La ministra de Seguridad Patricia Bullrich aplicó medidas disciplinarias, contra su costumbre. Los tribunales comenzaron a actuar, con parsimonia.

La visibilidad hizo la diferencia. A diferencia de la muerte en contexto violento de Santiago Maldonado o el homicidio de Nahuel, en plena ciudad fue ostensible el comportamiento de los Prefectos.

De cualquier modo, es imaginable que la cultura promovida por el oficialismo seguirá sirviendo de estímulo a otros “agentes del orden”, predispuestos a disparar mansalva, desdeñosos del “curro de los derechos humanos”.

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Dos mujeres pobres murieron como consecuencia de sendos embarazos clandestinos en la provincia de Buenos Aires, en la misma semana. No se trata de una rareza estadística ni de una coincidencia. Pasó lo habitual. De nuevo, se visibilizan hechos atroces antes camuflados o silenciados.

 El esclarecimiento y el cambio cualitativo sucedáneos a la discusión parlamentaria de la Interrupción Voluntaria del Embarazo seguramente persuaden a trabajadores de la salud, familiares, amistades o testigos a hacer público lo que antes callaban. Los cambios culturales develan, avivan conciencias, impulsan a difundir y denunciar.

 En el trayecto se refuta la mitología patriarcal y arrogante de la derecha negadora de derechos. Las mujeres humildes sí abortan, en condiciones tremendas y a menudo…Solitas su alma: sin comentárselo a senadoras arrogantes o a senadores que descubrieron la violación sin violencia.

 Los costos para el Sistema de Salud pueden ser elevados, si se llega a él en condiciones extremas. 

Los números oficiales siempre se quedan cortos para contabilizar conductas ocultas.

La lucha continúa, la iluminación de lo negado es una de sus consecuencias y una herramienta para seguir avanzando.

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Los reclamos de la comunidad educativa bonaerense por los riesgos que se viven a diario en las escuelas pusieron de manifiesto carencias de todo tipo. Las instalaciones eléctricas y las de gas generan peligro para pibas, pibes y personal docente. Las muertes de Sandra Calamano y Rubén Orlando Rodríguezen Moreno no fueron un accidente sino un estrago culposo o doloso, por ende evitable.

Sin el precedente de la tragedia, los escapes de gas detectados después, la descarga eléctrica sufrida por un docente hubieran sido ignorados o pasado desapercibidos.

 La desidia es una de las causas, el desmantelamiento de la infraestructura otra. El ajuste desregula y baja los controles en la economía, también en otras facetas de la realidad. 

Disminuir la provisión de remedios, degradar el mantenimiento en general acrecentarán la posibilidad de sufrimiento o pérdidas. Los recortes inciden en el bolsillo, en la calidad de vida o la salud, en su misma conservación.