En el Comercial N°4, ubicado en el barrio porteño de San Telmo, ayer se detectó un escape de gas. “Hay que llegar a un extremo, a que se mueran dos personas como pasó en Moreno, para que empiecen a hacer algo”, lamentó Cecilia Segovia, docente de lengua y literatura del colegio. Ayer por la tarde se suspendieron las clases y se cortó el suministro de gas. El lunes los chicos volverán a las aulas, pero sin que haya sido restablecido el suministro.

Segovia contó a PáginaI12 que el Comercial N°4 Baldomero Fernández Moreno” y el Comercial N°27 Antártida Argentina funcionan hace tres años en un edificio en la calle Perú al 1300 que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires alquila a la Universidad Kennedy. “Nos enteramos de que la Universidad no quiere usarlo por todos los problemas que tiene y el gobierno no le pone un mango”, se quejó la docente. Entre las dificultades que tiene el edificio, están los tendidos de gas y electricidad, los cortes del suministro de agua, la cantidad insuficiente de baños y otros problemas estructurales. El gobierno se comprometió a hacer los arreglos necesarios, pero Segovia aseguró que esto nunca se materializó.

El 15 de agosto alumnos y docentes sintieron olor a gas en dos aulas. Las autoridades llamaron al Ministerio de Educación y enviaron a trabajadores de mantenimiento. “Detectan que hay pérdida en dos estufas viejas y cierran las llaves de gas en esos dos cursos donde había olor”, contó Segovia. Dos días después, continuaba el olor a gas en la institución y llamaron a un gasista. “Dijo que estaba todo bien y que no había pérdida”, dijo la docente.

El jueves se hizo una jornada docente en la escuela. “Recién en ese momento nos enteramos de que el señor se negó a firmar el acta porque tenía que hacerlo el supervisor del área de mantenimiento”, sostuvo Segovia. Ante la incertidumbre de no saber si existía una pérdida en la escuela, la rectora y la supervisora se comprometieron a llamar al funcionario. El viernes, el supervisor del área de mantenimiento acudió a la institución, realizó una prueba de hermeticidad y detectó pérdidas de gas en las dos entradas que tiene el edificio. “Ahí se lleva el medidor de gas. Entonces el lunes los chicos van a volver a clase, pero no nos resuelven el problema de la calefacción”, dijo Segovia. La docente recordó, además, que esta escuela no es la primera en acusar deficiencias de mantenimiento que pueden derivar en episodios de gravedad y peligro para la comunidad educativa. “Además, el caso de Moreno es el ejemplo de cómo los verdaderos responsables culpan a los trabajadores. El que está preso es el gasista cuando la desidia es del gobierno. Acá nadie quería firmar el acta porque no querían arriesgarse”.

Para Segovia, los problemas con el gas se visibilizaron a partir de la explosión en la escuela N°49 de Moreno, que provocó las muertes de Sandra Calamano y Rubén Rodríguez. Sin embargo, afirmó que el inconveniente principal del Comercial N°4 es que no saben si van a continuar funcionando en el mismo establecimiento. “El contrato de alquiler se vence en febrero. Informalmente, desde el Ministerio de Educación nos dicen que nos quedemos tranquilos, pero no hay nada firmado”, contó a PáginaI12.

Las escuelas secundarias compartían un edificio que “quedó chico”. El Comercial N°4 funciona en el turno tarde, mientras que el Comercial N°27 lo hace en el vespertino. “Hace tres años nos mudaron acá y nos prometieron que iban a arreglar todo. Incluso nos dijeron que nos iban a dar bancos nuevos. Hace un mes hicimos una marcha al Ministerio de Educación y recién ahí nos dieron 80 bancos para 600 alumnos y 8 estufas para 25 aulas”, se quejó Segovia. “Nos ponen a nosotros en el lugar de tomar la decisión de a quiénes les damos los bancos buenos y nosotros educamos en igualdad de oportunidades para todos”, afirmó. 

“Lo que más nos preocupa es la continuidad de la escuela. Pensamos que no hacen las obras porque no se va a renovar el contrato de alquiler y si no seguimos acá, ¿para qué van a hacer las obras que prometieron? Además hay que invertir mucho”, sostuvo Segovia. La docente informó que son necesarias más aulas y más baños, porque ahora son insuficientes y las mochilas no cargan bien. El edificio tampoco cuenta con medidas de seguridad, rampas ni salidas de emergencia. “Hace tres años que estamos en esta situación”, advirtió.

Informe: Ludmila Ferrer.