Con una altísima adhesión, que superó el 90 por ciento, arrancó ayer el paro de 72 horas del Frente Gremial Docente en la provincia de Buenos Aires (Suteba, FEB, Udocba, Sadop y Amet) por la rápida solución a la demorada paritaria salarial y los reclamos por la deteriorada infraestructura escolar y la ampliación del cupo en los comedores de los colegios bonaerenses. Hoy los docentes marcharán hacia la gobernación en La Plata por “salarios dignos, escuelas seguras y contra el ajuste en la educación” y como cierre de la huelga acompañarán el jueves la movilización de los docentes universitarios en “defensa de la universidad pública y gratuita”.    

Ayer por la tarde-noche, la secretaria gremial de Suteba, María Laura Torre, confirmó a PáginaI12 que el acatamiento a la huelga alcanzó en la primera jornada al “93 por ciento” de los docentes. Un 95 en el conurbano bonaerense y un 92 en el interior provincial. Al tiempo que recordó la denuncia que los maestros realizaron el lunes ante el Director General de Escuelas de la provincia, Gabriel Sánchez Zinny, por los “aprietes y amenazas” sobre los directores de escuela para que no adhieran a la medida de fuerza y mantengan abiertas las escuelas, una tarea que los directivos cumplen de todas maneras para permitir el ingreso de los auxiliares y el funcionamiento de los comedores escolares. “Ya iniciaron 500 sumarios desde los paros dispuestos por Ctera”, remarcó Torres a este diario.

Por la mañana, el FGD brindó una rueda de prensa para informar sobre los reclamos que los llevaron al paro. “Esto va mas allá de un conflicto salarial. Esto es una crisis social que ya excede lo educativo. En Buenos Aires faltan un millón de cupos de comedores escolares, un millón de chicos que no tienen para comer ni en su casa ni en la escuela. Reclamamos a las autoridades escuelas seguras, comedores escolares para enfrentar esta crisis y salarios dignos”, planteó el dirigente Roberto Baradel (Suteba).

Para el secretario general del Suteba, “la situación social es muy compleja en salud, educación y desarrollo social” y anticipó la ampliación de un plan de lucha que involucraría a casi todos los sectores de la administración provincial: “Es posible que unifiquemos una medida con todos los estatales bonaerenses; lo van a decidir los docentes en asambleas”. 

Dirigentes de todos los gremios acompañaron la rueda de prensa con carteles y fotos que marcan los reclamos de los docentes bonaerenses. “Justicia por Sandra y Rubén. Vidal es responsable”, rezaban muchos de ellos para sostener la memoria de la docente Sandra Calamano y el auxiliar Rubén Rodríguez muertos por la explosión de gas en la escuela 49 de Moreno. 

“Escuelas seguras”, expresaba otro para recordar las 900 escuelas paralizadas por graves problemas de infraestructura sin solución (pérdidas de gas, fallas eléctricas y derrumbe de techos) que dejan sin clases unos 500 mil alumnos para no arriesgar sus vidas. “Aumento Salarial. Ioma aumentó el 400 por ciento”, decía otro para recordar la falta de acuerdo en la paritaria docente y el aumento que la provincia dispuso para los bonos de atención médica en su obra social. “Cocinan en un anafe para 200 chicos”, decía otro sobre la precaria situación de los comedores escolares.

“Después de 9 meses estamos percibiendo el mismo salario que el mes de diciembre de 2017. Mas allá de los anticipos que la gobernadora ha ido otorgando a los efectos que no perdamos poder adquisitivo. No hay aumento en ningunos de los ítems, nuestro básico sigue siendo de 5407 pesos más otras bonificaciones. Todos esos anticipos a cuentas no han conformado salario”, sostuvo Mirta Petrocini (FEB) exhibiendo una gigantografía del recibo de sueldo de los maestros de grado. 

“Con toda humildad le diría a la gobernadora que vaya a timbrear escuelas, para ver el desastre que es. Hay escuelas que parecen Kosovo, que no merecen ninguna otra calificación. se dan clases. Es una escuela que no está en condiciones dignas de recibir a los chicos. Tampoco a nosotros como condiciones laborales”, sumó Miguel Díaz (Udocba) y recordó que Alejandro Finocchiaro dejó la cartera provincial antes de asumir como ministro de Educación de la Nación, reconociendo que “el 50 por ciento de los servicios educativos no estaban en condiciones de brindar clases dignas”.