Un tribunal de Nueva York dio por probado que el paraguayo Juan Ángel Napout, ex presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), recibió coimas por 3,3 millones de dólares.

Napout rigió los destinos del fútbol paraguayo entre 2007 y 2014. En agosto de ese año llegó al máximo escalón de la Conmebol, pero el FIFAgate lo obligó a renunciar en diciembre de 2015, tras su arresto en Suiza. Además de la cárcel, el dirigente de 60 años deberá pagar un millón de dólares de multa y devolver el dinero malhabido. La Fiscalía pidió veinte años de cárcel, pero la jueza Pamela Chen consideró la salud de Napout para atenuar la pena.

El 22 de diciembre pasado, Napout había sido considerado culpable de integrar una organización criminal y de cometer fraude bancario en la Copa Libertadores y en la Copa América. Fue absuelto de las acusaciones de lavado de dinero en ambos torneos y cumplió arresto domiciliario en Florida durante dos años tras su extradición, previo pago de una fianza de 20 millones de dólares.

Según los documentos que constan en la causa, Napout recibía coimas de Hugo y Mariano Jinkis, dueños de la empresa Full Play. Para el fiscal, el dinero era llevado desde Buenos Aires hasta Asunción por el chofer de Napout.

Durante la investigación, la Fiscalía cruzó las planillas de los pagos a empresas de Napout con correos electrónicos y registros de hoteles, que probaban que viajaba a la Argentina cada vez que había órdenes de pago en efectivo de los Jinkis. Los pagos eran de hasta 150 mil dólares, a través de Cross Trade, una filial de Full Play, bajo las iniciales JAN u Honda.

 La defensa de Napout argumentó que no se podía probar que Napout fuese “Honda” o que recibiese sobornos y presentó a la jueza más de 200 cartas de apoyo, incluida una del ex tenista Víctor Pecci, actual ministro de Deportes de Paraguay. Mientras tanto, el ex hombre fuerte del fútbol sudamericano permanece en una cárcel de Brooklyn  y trabaja siete horas diarias en la cocina del penal, por 19 dólares al mes.

El FIFAgate estalló en mayo de 2015, cuando se produjeron arrestos masivos en Zurich, en la sede central de la FIFA, en el marco de una investigación por pagos de coimas. El entramado de corrupción terminó con los 17 años de Joseph Blatter al frente del ente rector del fútbol mundial, y con la presidencia de Michel Platini en la UEFA. La segunda redada fue la que terminó con Napout tras la rejas. El gobierno norteamericano, a través del FBI, motorizó las pesquisas sobre corrupción desde 2010, cuando se eligieron las sedes de los mundiales 2018 y 2022, el de Rusia y el de Qatar.

Desde que comenzó el caso, 42 personas y otras tantas empresas fueron acusadas de 92 delitos y de haber pagado y cobrado más de 200 millones de dólares en sobornos. Veintidós acusados se declararon culpables y ya hubo tres sentencias. Además de Napout fueron condenados José María Marín, ex presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, a cuatro años, y Héctor Trujillo, de Guatemala, a ocho meses.

Marín y Napout se habían declarado inocentes, igual que el peruano Manuel Burga, quien tuvo mejor suerte y fue absuelto en diciembre.