Desde Santa Fe

Si Miguel Lifschitz pretendía postularse para un segundo mandato en 2019 y completar ocho años en la Casa Gris, ayer se desvaneció su aspiración política. La Cámara de Diputados rechazó el tratamiento exprés del proyecto de reforma constitucional que propuso el gobernador y lo devolvió a las comisiones, después de cuatro horas de discursos y treinta oradores. El resultado era previsible y lo anticipó Rosario/12: el pedido del Frente Progresista de tratarlo sobre tablas perdió 25 a 24 porque el diputado radical Alejandro Boscarol –alineado con el jefe de Cambiemos, José Corral- también votó en contra y por lo tanto no reunió la mayoría calificada de dos tercios que era de 34 votos.  El interés de Lifschitz por su futuro político quedó a la vista con un gesto que no tiene precedentes en la Legislatura: envió a todos los ministros de su gabinete, incluso al de Seguridad, Maximiliano Pullaro, para ser testigos del debate en el mismo recinto, todos ellos se ubicaron detrás de las bancas del PRO, aunque los únicos que se quedaron hasta el cierre fueron el de Gobierno, Pablo Farías, y su colega de Economía, Gonzalo Saglione.

Lifschitz envió a todos los ministros de su gabinete para ser testigos del debate.

El resultado del debate ya estaba cantado. No sólo porque los diputados del PJ, Cambiemos y el centro izquierda, así lo habían anticipado en público, sino por una reunión reservada de las tres fuerzas que se realizó el martes a la tarde en la Legislatura, donde ratificaron ese compromiso puertas adentro. Ahí, volvieron a contar los 24 votos y ya sabían que el número 25 era el de Boscarol, uno de los primeros que rechazó la reelección de Lifschitz.

Votaron en contra diputados del PJ, Cambiemos e izquierda.

“La convocatoria era para coordinar la sesión de ayer y ratificar la posición que habíamos asumido públicamente. Y eso fue lo que pasó”, dijo uno de participantes de esa reunión reservada a este diario.  Entre los convocantes sobresalieron los peronistas Leandro Busatto, Luis Rubeo y Federico Reutemann, sus colegas del PRO Federico Angelini, Sergio Más Varela y Alejandra Vucasovich y Carlos del Frade, del Frente Social y Popular. “En total éramos más de 20 porque algunos diputados del PRO estaban en las comisiones”, agregó.

En simultáneo a la reunión, los corrillos legislativos agitaban que votos de diputados del arco opositor estaban en duda y hasta arriesgaban dos nombres. Sin embargo, la especie fue desmentida por tres legisladores. “Nadie lo expresó así”, aclaró uno de los consultados.  Mientras que otro le restó crédito porque el oficialismo necesitaba diez votos para impulsar la reforma y nunca los tuvo.

El diputado radical Boscarol –alineado al jefe de Cambiemos, José Corral- votó en contra.

La necesidad política del Frente Progresista de promover la reforma para habilitar la reelección de Lifschitz atravesó el debate de ayer. “Estamos aquí exclusivamente porque al gobernador se le agotaron los tiempos para ser candidato en las próximas elecciones. Esa es la realidad”, dijo Rubeo en el arranque. “Después, dirán lo que digan, pero la verdad es esa. Se acortan los tiempos de Lifschitz para tener la posibilidad de ser reelectos en 2019. Lo que tenemos que plantear con absoluta crudeza”.

Rubeo recordó que la Constitución obliga a Lifschitz a convocar las elecciones de 2019 entre 90 y 180 días antes de terminar su mandato, esto es el 10 de junio o el 10 de setiembre de 2019. “Y si tomamos la segunda fecha, ¿saben cuándo tiene que poner en marcha el calendario electoral? El 10 de marzo. Es el último plazo que tiene para decirle a los santafesinos que convoca a elecciones provinciales. Y cuando analizamos ese plazo nos explicamos por qué estamos aquí y por qué se apura el tratamiento de la reforma electoral y por qué se deja de lado las primarias para elegir constituyentes y se da sólo 40 días para la Convención reforme una Constitución que no se toca desde hace 59 años. ¿Alguien piensa que se va a reformar la Constitución en 40 días?”, se preguntó Rubeo.

Los diputados socialistas lo desmintieron varias veces y dos de ellos, Joaquín Blanco y Julio Garibaldi, llegaron a proponer que se suprimiera el retoque del artículo 64 que habilitaba la reelección de Lifschitz. Pero la propuesta no prosperó. Sobre el final, los últimos diez oradores fueron del Frente Progresista, excepto Vucasovich que  de tan breve su intervención pareció un festejo anticipado. “Nadie tiene la vara para decir quién es más o menos reformistas. La reforma la trataremos en la Cámara, como corresponde y no cuando alguien ajeno al Poder Legislativo dice que la tratemos cuando él quiere”, dijo. Tras el último discurso, el presidente de la Cámara puso a votación el tratamiento sobre tablas. El cartel anunció el resultado: 24 a favor y 25 en contra. “El proyecto no reúne los dos tercios y vuelve a comisión”, dijo Antonio Bonfatti. Eran las 15.45.