¿A qué chico le gusta ir a una colonia de vacaciones? Hay dos que sí y forman parte del nuevo programa de Cartoon Network, Campamento de verano (va los sábados a las 11 de la mañana y también está disponible en la plataforma de la señal CN GO!). Debe remarcarse que sus protagonistas son dos amigos antropomórficos, Oscar –un elefante– y Erizo –justamente, un erizo–, atravesando la preadolescencia. Y esto es solo el comienzo. En este lugar las salchichas hablan, los árboles tienen sentimientos y la mismísima luna se hace planteos existenciales ya que quiere dejar de brillar cada noche para tocar la armónica. “Oscar y Erizo son amigos sin importar por qué. Son incondicionales aunque de tanto en tanto puedan molestarse”, dice Julia Pott, la creadora de esta animación tan dulce como los malvaviscos. Aunque (¡cuidado!) aquí esas mismas golosinas tienen colmillos y los usan para morder a sus dueños. En ese intríngulis de dulzura extrema, rareza a piacere, psicodelia inocente y malicia bien dosificada habita esta serie concebida por una de las colaboradoras de La Hora Aventura. “El programa tiene ese toque misterioso aunque sin el miedo que puede provocar lo extraño. Así que en Campamento de Verano está bien que los caballos sean unicornios, que el tiburón de la pileta sea amistoso y que lo fantástico sea posible”, confiesa Pott en entrevista con PáginaI12.  

Si bien aquí lo inanimado tiene vida y los hechizos parecen hechos por Hello Kitty, la fuerza rectora de cada capítulo es algún miedo a superar. Dormir por primera vez lejos de casa, enfrentarse al aburrimiento, los primeros celos entre amigos, admitir que la tristeza es parte constitutiva del día a día y lidiar con que los padres pueden ser bastante bribones. Para Pott, que nunca fue a una colonia de chica pero adoraba películas como Juego de Gemelas, era fundamental crear este lugar ajeno para los padres: “Alguien me dio una definición que dijo que este no es un programa sobre colonias de vacaciones, en el mismo modo que Harry Potter no es sólo sobre ir a un internado de magia. Hay todo un mundo que Oscar y Erizo están explorando, y sí, la magia forma parte de ello”. 

–¿De dónde proviene esa extrañeza? 

–De mi infancia. Cuando era chica pensaba que todo era mágico aunque no pudiera verlo, cosas como que tu pijama te hablara o que hubiera un monstruo amigable bajo la cama. De hecho, estaba segura de que los padres sabían de ello pero nunca te lo habían dicho. Algo escalofriante e increíble que luego la experiencia te lleva a desechar.  

–Además del dúo de mejores amigos hay pijamas que bailan, las pelotas dan charla y los consejeros son magos y brujas. ¿Cómo surgió la idea? 

–Todo comenzó cuando cursaba en la Royal College of Art en Londres y tenía que hacer mi maestría. Hice un corto, Belly, donde ya aparecía Oscar con un hermano y ya estaba el aire de coming of age. Circuló mucho por festivales, luego me mudé a Nueva York y me sentía una forastera. Pensaba todo el día en Londres. Alguien me recomendó que hiciera un programa con el mismo elenco de personajes que mis cortos, añadiendo lo que me pasaba. Esa sensación de estar en un nuevo lugar y tener que acostumbrarte. Justo entonces un amigo vino a Nueva York y con él recorrí la ciudad. El vínculo de Oscar y Erizo viene un poco de ahí.      

–¿Cómo describiría el tono del programa y sus influencias?  

–En las influencias mencionaría a Gremlins, E.T y Twin Peaks. Obras en la que el desconcierto es algo dado y lo entendés. Tiene su propia lógica y la aceptás. Otra influencia es Peanuts, por la sinceridad de estos chicos como la que tenía Charlie Brown. También Harry Potter. Adoro todo lo que tenga capas extra de extrañamiento como en las novelas de Haruki Murakami. Y añadiría toda la animación que tiene algo incomprensible en su lógica. Me gusta cuando lo extraño tiene su estructura y funciona acorde a lo emocional. Por eso me hice animadora. Creo que mi cuerpo funciona de ese modo y con la animación podés contarlo. ¿Cómo hacés para expresar cuando te sentís avergonzada? Con la animación podés hacerlo. 

–Usted es la segunda animadora de Cartoon Network con su propio programa tras Rebecca Sugar de Steven Universe. En ese programa hay una mezcla de hiperfantasía y costumbrismo. ¿Campamento de verano toca esas mismas notas? 

–Son programas diferentes en el sentido que ellos van a un lugar diferente. Son outsiders. Creo que la cultura pop me influyó mucho. John Hughes con sus dramas adolescentes y Nora Ephron con sus comedias románticas, Gilmore Girls o Buffy más la pátina de extrañeza y oscuridad que mencionaba. Es como una gran burbuja de cultura pop que permite digerir mejor las emociones que están en juego. En cierta medida, es como que todo ya lo has visto antes, por eso te sentís seguro, lo comprendés, y con ello atravesás lo que te puede parecer sombrío. Es importante poder lidiar con sensaciones incómodas. Es como un caramelo que tiene su sabor oscuro (risas).     

–De hecho, aquí conviven lo amistoso con lo desagradable. Es interesante que muchos programas animados actuales crean su propia mitología, y la web suele alimentar esto, circulan historias muy oscuras y tristes sobre estas animaciones. ¿Podría jurar que en Campamento de Verano no hay nada de este tipo, que ningún personaje está en coma, que todo es un sueño o forman parte de una distopia alienada? 

–El programa es definitivamente agradable. Es amistoso y gentil pero a partir de allí exploramos. Todo surge de la amistad entre ellos dos, de donde vienen y quiénes son. Y juro que Oscar y Erizo están vivos (carcajadas).

–¿Cuál ha sido la recepción entre el público?

–Hemos tenido una recepción muy positiva, entendieron el tono gentil del programa. Aceptaron lo extraño del show de manera muy natural. Como que los aliens fueran adorables y los pijamas tuvieran la voz de una niña de tres años. El pijama es de los personajes favoritos. ¿Cómo no lo va a ser, si tiene la voz de una nena de tres años?

–Cedric The Entertainer hizo de la luna, Elijah Wood interpretó a un yeti. ¿qué celebridad querría invitar a Campamento de verano?

–Sueño con Meryl Streep. Sé que es una meta imposible, pero está invitada a hacer lo que quiera. Jeff Bridges sería divertido. Haría de un monstruo nocturno, de esos que antes de dormir, te arropan y te dicen que sueñes con cuidado y bonito. Jeff Bridges lo haría perfecto (risas).