La posibilidad de que Central y Newell’s se enfrenten por los cuartos de final de Copa Argentina obligó a las autoridades de la provincia a evaluar las condiciones de la organización del partido. La elección del escenario está sujeta a si se juega con público. Con hinchas en las tribunas, se propondrá llevar a sorteo la elección del estadio, con el Gigante de Arroyito y el Coloso del Parque como alternativas. Jugar en Buenos Aires será sin público y la plaza de Córdoba asoma como más probable que la de Mendoza para disputar en otra provincia y como ambas parcialidades. Y como los clubes no reciben réditos por venta de entradas, dado que lo recaudado es para la organización del torneo, los dirigentes de ambas instituciones no se opondrán a jugar a puertas cerradas.

La decisión de jugar el posible clásico de Copa Argentina con público –para eso Central deberá vencer a Almagro en octavos de final, encuentro agendado para el mes de octubre— está sujeta a la aprobación del Ministerio de Seguridad de la provincia. Las autoridades del área de Seguridad están dispuestos a hacer frente al operativo policial, aunque la determinación finalmente será política.

Si el gobierno provincial asume el riesgo de hacer frente al clásico con hinchas, lo ideal es jugarlo en la ciudad para evitar ampliar el operativo con traslado de hinchas a otra ciudad. La primera idea sobre la mesa que las autoridades le elevarán a los directivos de Central y Newell’s es elegir por sorteo un escenario de la ciudad y que ambas parcialidades tengan a disposición la misma cantidad de localidades.

En este caso, un colaborador del ministro de Seguridad confió a este diario: “El estadio de Newell’s tiene la ventaja que es mucho más fácil el ingreso y el egreso del público. Pero la desventaja es que es más difícil mantener el control de los hinchas dentro del estadio y lograr una distribución equitativa del público. La cancha de Central nos da más control de la gente una vez que está dentro de la cancha y nos facilita distribuir en partes iguales las tribunas para los hinchas. Pero en Arroyito es mucho más conflictivo el ingreso y el egreso del público”.

Lo que se recaude por venta de entradas es para la organización del torneo por lo cual los directivos canayas y leprosos no harán mucho esfuerzo para gestionar un clásico con hinchas. Lo improbable aquí es que los clubes acepten elegir la elección del estadio por sorteo.

Ante este escenario de conflicto, los funcionarios a cargo del ministerio de Seguridad consideran llevar el clásico al estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba con la ventaja “de la muy buena relación y reciprocidad” con el gobierno cordobés. “Se podría organizar un operativo de seguridad en ruta y autopista para tener bajo control el traslado de hinchas, aunque esto exigiría una tarea coordinada con la policía de Córdoba. Se puede hacer, pero el esfuerzo es grande y los riesgos mayores”, acotó un asesor de la secretaría de Seguridad Deportiva de la provincia. El estadio Malvinas Argentinas de Mendoza lleva los límites un poco más allá debido a que los casi 300 kilómetros más de distancia con Córdoba.

Por lo cual la salida fácil de la situación es realizar el clásico a puertas cerradas. Algo que no seduce a la organización, claro está. En este caso la opción principal es jugar el partido en ciudad de Buenos Aires.