Horacio Ferrari dice que no es el Horacio Ferrari que durante la última dictadura cívico militar se hacía llamar “Pantera” que secuestró y torturó en los calabozos de la Escuela de Mecánica de la Armada. “Yo no soy quien se hacía llamar ‘Pantera’, estuve años preso injustamente”, insistió durante su declaración indagatoria en el marco del juicio que se le sigue a él y a otros nueve represores por los crímenes cometidos en ese centro clandestino. En su estrategia de hacerse pasar por otra persona, Ferrari denostó a los juicios de lesa humanidad al denunciar que “están mal hechos” y expuso al senador de Cambiemos Federico Pinedo, a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y a dos “asesores” del Ministerio de Justicia como aliados. “Me dijeron que eran una aberración estos juicios, que eran netamente políticos. Así que hay mucha gente que piensa eso”, se justificó. 

Ferrari es contraalmirante retirado de la Armada y, hasta abril de 2013 que fue detenido por el juez Sergio Torres, a cargo de la investigación de los hechos que tuvieron lugar en la Esma, vicepresidió el Centro Naval de la Armada. Varios sobrevivientes lo denunciaron por su seudónimo, “Pantera”, no bien recuperaron la libertad y su apellido integró una lista de 80 militares condecorados por el genocida Emilio Massera en 1978 por “hechos heroicos y acciones de méritos extraordinarios, individuales o de conjunto”. Según publicó este diario entonces, Ferrari logró mantenerse en la estructura de la fuerza hasta entrado el nuevo siglo a pesar de aquello. 

Durante la instrucción de la causa, Torres encontró probado que Ferrari integró la patota asesina de la Esma durante la última dictadura. En el cuarto juicio que se lleva a cabo por los crímenes de derechos humanos que sucedieron en la ESMA, “Pantera” está acusado como coautor en 200 casos de privación agravada de la libertad, 240 episodios de tortura y en otros seis en los que al secuestro y la tortura le siguió la muerte de a víctima. Además, la Justicia lo cree responsable del robo de 17 bebés y de ser partícipe necesario del homicidio agravado de más de 70 hombres y mujeres. 

Durante su indagatoria, que comenzó la semana pasada y continuó ayer, insistió en instalar su estrategia para despegarse de su pasado. Dijo que él no es “Pantera”. También, que consultó con su hermano, que es juez, y “con un juez de Casación”, quienes opinaron que “estos juicios están mal hechos”, en relación al proceso de justicia sobre los crímenes del terrorismo de Estado. Ante la consulta de la abogada del Cels, representante de una de las querellas en el juicio, quien le pidió que nombrara al juez de Casación que le había hecho tal pronóstico, “Pantera” se negó.  

Pero la Justicia no fue la única de la que Ferrari se valió para intentar fortalecer su estrategia. Porque también acudió a la política. Durante su declaración, sostuvo que en su época de vicepresidente del Centro Naval, o sea antes de que resultara detenido, mantuvo reuniones con “el senador este, ¿cómo se llama? (Federico) Pinedo, y él me dijo que eran una aberración estos juicios, la ministra (Patricia) Bullrich me dijo que eran una aberración estos juicios, dos asesores del ministro (de Justicia, Germán) Garavano me dijeron que eran una aberración estos juicios, que eran netamente políticos. Así que hay mucha gente que piensa eso”, advirtió.