Para el Gobierno, lo central fue mostrarle al FMI que tiene buenas posibilidades de que se apruebe el Presupuesto 2019. El trabajo duro estuvo a cargo del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y su segundo, Sebastián García De Luca. Ellos debieron sentarse con los gobernadores y discutir las principales cuestiones abiertas (el freno a la rebaja de ingresos brutos y sellos, la posibilidad de nuevos impuestos, la discusión sobre el fondo sojero). Tanto puertas adentro como en público en la Rosada buscaron transmitir optimismo durante todo el día. Necesitan hacerlo. El FMI espera progresos en el Presupuesto. Tras la extensa reunión con los gobernadores, Frigerio aseguró: “Me parece que hay un consenso total respecto a la necesidad de trabajar juntos para que podamos contar el próximo año con un presupuesto equilibrado en línea con los compromisos que asumimos”.

En el Gobierno, de entrada y durante todo el día las señales fueron de optimismo con respecto a la aprobación del Presupuesto 2019. Se entiende: la foto con los gobernadores tenía la finalidad de mostrar un Gobierno que tiene consenso político para avanzar con el formidable ajuste que prevén para este año y el que viene. “Viene bien”, “está encaminado”, fueron algunos de los comentarios de los que seguían las negociaciones. “Los gobernadores coincidieron en la necesidad de que el presupuesto sea balanceado y hay consenso en que el gobierno cuente con el presupuesto. 

Después de la foto, ya empieza el juego en Diputados”, indicó un habitante de Balcarce 50. Una forma de decir que ahora Frigerio y equipo le pasan la pelota al delantero Emilio Monzó, a cargo de la Cámara baja, para que meta el gol. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, deberá seguir traspirando la camiseta. “Vamos a tener que pulir el tema del consenso fiscal e ingresos brutos”, advertían los negociadores sobre los puntos más discutidos con los gobernadores. 

Tras la primera reunión con los mandatarios provinciales, Frigerio buscó llevar calma: “Fue una reunión larga donde discutimos básicamente sobre el presupuesto y llegamos a la conclusión –creo que así lo están expresando todos los gobernadores– de que es muy importante facilitarle al Gobierno nacional el presupuesto”. El ministro del Interior dejó abierta la puerta a modificar el pacto fiscal: “Vamos a discutir también la posibilidad de hacer una adenda al consenso fiscal. Estamos tratando de preservar la reducción de ingresos brutos. Todos entienden también que es un impuesto que golpea duro al sistema productivo”, insistió. 

Sobre el fondo sojero, otro de los puntos ríspidos, dijo: “Se habló de la posibilidad de generar algún mecanismo para evitar que las obras que ya están en marcha en las provincias y en los municipios, se paren”. Una posible vía de financiamiento que se viene evaluando implica meter mano al Fondo de Garantía de la Anses.

Más temprano, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, dijo tras la reunión de gabinete ampliado que no debía esperarse ayer la firma de ningún acuerdo. “En la reunión de Macri con los gobernadores no se va a firmar nada”, enfrió las expectativas. En verdad, los gobernadores se habían negado a rubricar ningún acuerdo hasta tener los números finos. “Es importante saber que hay una negociación abierta y se esta trabajando con los ministros de Hacienda de las provincias”, dijo Stanley, estrenada en su nuevo rol de vocera (ahora todos los ministros lo son, restándole protagonismo a Marcos Peña). El jefe de Gabinete reconoció errores en ese gabinete ampliado y sostuvo que no hay que esperar que los consideren “los salvadores del país”. Macri reiteró las dificultades y les pidió a sus ministros que salgan a transmitir optimismo. Tarea difícil, si las hay.