En un contexto de crisis económica aguda, un grupo de productores y creadores teatrales anunció la apertura de un nuevo espacio independiente que intentará darle un poco de aire fresco a la actividad ante tanto cierre de salas.  Se trata de El Arenal, un lugar que abrirá sus puertas en Ramírez de Velasco 444 gestionado por el director y docente Francisco Civit en asociación con las teatristas Marcela Grasso y Florencia Danza. Contará con dos salas de 40 butacas cada una y además funcionará allí un bar, única alternativa que encontraron los responsables para poder proyectar un espacio sustentable y posible de desarrollar. “Sabemos que va a ser difícil y un desafío grande, pero vamos a abrir y vamos a intentar generar un espacio plural donde puedan acercar sus materiales otros creadores que estén en nuestra misma situación”, dice a PáginaI12 Civit, que proyecta la       inauguración para octubre. 

Como muchas otras experiencias de gestión cultural de los últimos años, El Arenal nace de una ausencia: de la desaparición, a fines de 2017, de Elkafka espacio teatral, una sala que tras catorce años de actividad cerró sus puertas por la venta del inmueble donde funcionaba. Allí se llevaban a cabo parte de los talleres de El Arenal, la escuela donde Civit y Grasso dan sus clases y talleres de entrenamiento, y también se exhibían algunos de sus espectáculos y creaciones. “Nos golpeó muchísimo. Nos quedamos huérfanos y decidimos empezar a pensar en tener un espacio propio”, cuenta el director, que durante un tiempo también fue parte de la cooperativa que gestionaba aquella sala.

Si bien el espíritu es de celebración, también es cierto que a los teatristas la realidad los golpeó de entrada, ya que desde que empezaron a proyectar ese sueño, en enero de este año, se encontraron con varias dificultades, la mayoría de ellas impuestas paradójicamente desde el Estado y la administración de la Ciudad. “Nos dimos cuenta enseguida de que se venía una muy dura con respecto a los subsidios, por lo cual varios amigos y familiares nos tuvieron que ayudar, y también un problema grande con los trámite para las habilitaciones, ya que parece que los requisitos burocráticos están hechos para que no puedas abrir jamás”, desliza el maestro de actores, quien cuenta que el principio pensaban con su equipo en abrir “un lugar de pertenencia” y pronto se dieron cuenta de que más bien sería “un espacio de contención”. 

Desde hace unos meses, y por las próximas semanas, El Arenal estará en obra y los responsables preparando todo para la gran inauguración. Según anticiparon a este diario, la idea es que sea un “espacio plural” con espacio para “estéticas distintas que dialoguen con su realidad”. “Nosotros vamos a tener nuestras producciones, además de la escuela, pero el objetivo es corrernos un poco de un lugar más yoico y dejar el espacio para aquellos que están en nuestro mismo lugar. En un contexto como este, ese tipo de vínculos nos parecen fundamentales”, cierra el director.