Senadores demócratas revelaron que habían remitido una queja sobre el candidato del Tribunal Supremo del presidente Trump, Brett Kavanaugh, al F.B.I. para que fuera investigado. La queja vino de una mujer que acusó a Kavanaugh de abuso sexual cuando ambos estaban en la escuela secundaria, hace más de treinta años. La mujer, que pidió no ser identificada, primero se acercó a los legisladores demócratas en julio, poco después de que Trump nominara a Kavanaugh. La acusación se remonta a principios de los años ochenta, cuando Kavanaugh era estudiante de secundaria en la Escuela Preparatoria Georgetown, en Bethesda, Maryland,  En la carta, la mujer alegó que, durante un encuentro en una fiesta, Kavanaugh la detuvo y que intentó forzarla. Ella afirma en la carta que Kavanaugh y un compañero suyo, con el que había estado bebiendo, subieron el volumen música que estaba sonando en la habitación para tapar sus protestas, y que Kavanaugh le cubrió la boca con la mano, que ella alcanzó a liberarse. Aunque el presunto incidente tuvo lugar hace décadas y las tres personas involucradas eran menores de edad, la mujer dijo que el recuerdo había sido una fuente constante de angustia para ella y que, como resultado, había buscado tratamiento psicológico. En una declaración, Kavanaugh dijo, “niego categórica e inequívocamente esta acusación. No hice esto en la escuela secundaria ni en ningún momento”. La semana pasada empezaron las audiencias de confirmación de Kavanaugh en el Comité Judicial del senado.