Fuertes vientos e intensas lluvias azotaban ayer el norte de Filipinas, hacia donde se acerca el tifón Mangkhut, con vientos sostenidos de más de 225 kilómetros/hora y olas altas como un edificio de cuatro pisos, lo que obligó a miles de personas a huir de sus casas. Decenas de vuelos de cabotaje e internacionales fueron cancelados y unos 4000 pasajeros quedaron varados en puertos del este y centro de este país asiático, compuesto por miles de islas. Y se canceló la navegación marítima. Las clases fueron suspendidas y las oficinas del Gobierno permanecen cerradas. Mangkhut es el tifón más potente que se acerca a Filipinas este año y se estima que tocará tierra en la mañana de hoy en las provincias de Cagayan o Isabela, en el norte del archipiélago. Este tifón es más violento que el huracán Florence, que amenaza la costa este de Estados Unidos.

En Filipinas las autoridades pidieron a unas 800.000 personas que buscasen refugio, pero hasta la mañana de ayer tan sólo unas 9000 personas lo habían hecho, según señaló el portavoz del Consejo Nacional de Reducción de Desastres, Edgar Posadas. Según cálculos oficiales, el tifón afectará a unos 5,2 millones de personas. La Cruz Roja estima que incluso llegará a los diez millones de personas. Mankhut está provocando intensas precipitaciones, fuertes vientos e inundaciones, advierte el servicio de meteorología.