“El festival busca entender la migración como un fenómeno diferente a cómo lo cubren los medios”, plantea Florencia Mazzoli, directora del festival CineMigrante (en rigor, “de cine y formación de derechos humanos de las personas migrantes”), cuya novena edición comienza este martes y que se extenderá en una docena de sedes en la ciudad y el Conurbano (las principales, el Centro Cultural General San Martín, en Sarmiento y Paraná, el Gaumont en Av. Rivadavia 1635 y la sede centro de la Alianza Francesa, en Av. Córdoba 946). El festival, de programación muy intensa, se extenderá hasta el miércoles 26 con la proyección de 70 películas, presentaciones de libros, performances, música, debates, focos, retrospectivas y espacios de reflexión sobre la situación migratoria hoy en el mundo.

Según explican desde la organización del festival, si los medios se encargan de generar estereotipos sobre quienes migran, y esos estereotipos tienen que ver con fronteras que emergieron junto a los Estados-Nación y que se sostienen en un paradigma capitalista y colonialista, el objetivo del encuentro es diseccionar eso para ver modos de transformarlo. “El cine aborda el tema de forma muy presente y no desde la coyuntura, las tragedias que los medios dicen que fuerzan la migración, sino trabajando el asunto desde la cosa más cotidiana e identitaria”, plantea Mazzoli.

Cada edición tiene un objetivo temático diferente, profundiza la directora del festival. Así, en 2017 la coyuntura impuso el ascenso de Donald Trump en los Estados Unidos y la elección de Emmanuel Macron en Francia, con todo lo que ello implicaba para la tensión entre nacionalismo y derechos humanos. Eso significó, por ejemplo, poner en relación el movimiento #BlackLivesMatter con la cuestión de lo villero “porque en ambos casos opera el nacionalismo, enfrentando a la identidad ‘que vino de los barcos’ contra los pibes racializados”.

“Para este año nos interesaba ver qué posibilidades de vivir hay en esta reinstauración de un paradigma colonialista, buscamos entender el futuro de lo que nos está pasando ahora, y en ese sentido recuperar las maneras de entender el presente de quienes son herederos de la herida colonial es disruptivo”, propone Mazzoli. Cristina Visto, coordinadora de programación del Festival señala que “la urgencia era contestar la pregunta de si hay un futuro y si hay un futuro alternativamente posible”. Según explica la programadora, “hay futuros y estos deben ser cocinados desde otros territorios, sensibilidades y cinematografías”. Por eso, destaca, la edición 2018 pone la lupa en el movimiento del afrofuturismo, acercándose a él como “una forma de entender las artes como una manera de vivir políticamente”, entendiendo que no sólo África se plantea qué tiene por delante, sino también América latina y el mundo árabe.

Por eso la sección central, “Futuridades nómadas: temporalidades cinematográficas desde América, Africa y el mundo árabe” estará curada por el director camerunés Jean-Pierre Bekolo, exponente del cine decolonial africano y pionero cineasta de ciencia ficción en el continente. De la mano de Bekolo, la sección recorrerá algunos hitos del género y del movimiento afrofuturista (Sun Ra: Space is the Place, de John Coney; Born in Flames, de Lizzie Borden; The Last Angel of History, de John Akomfrah, por ejemplo). Además dialogará con películas latinoamericanas (como la peruana Wiñaypacha, la bolivana Averno –ganadora de la competencia latinoamericana del Bafici– o la brasileña Era uma vez Brasília) y árabes, como la censurada Panoptic, de la libanesa Rana Eid.

Esta edición tendrá otras dos secciones a tener en cuenta. La sección especial “Territorios en disputa” busca ampliar los márgenes de lo que entendemos por esa acepción para repensar la legitimidad que otorgamos a ciertos usos del espacio y la cosa pública. ¿Por qué un mantero senegalés es hostigado y un restaurant puede avasallar la vereda con sus mesas sin resistencia? ¿Por qué la comunidad boliviana sufre el acceso a la salud en el norte argentino? Esta sección es producida por el Festival junto con el Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad y reflexionará también sobre la generación de políticas de hábitat en las grandes ciudades.

La otra sección especial es la ya habitual “Noches extrañas”, que este año abordará la relación entre cuerpo, futuro, tecnología y disidencia sexual. Noches extrañas transcurrirá en Casa Brandon (Luis María Drago 236) tiene una fuerte conexión con las performances, de las que participarán artistas disidentes de distintos países, como Uruguay o Canadá. Estas acciones estarán acompañadas por películas como Donna Haraway: Storytelling for Earthly Survival, Kiki, Paris is Burning, o Quartier Mozart.

Además de las proyecciones y secciones anuales, está edición contará con tres muestras retrospectivas la muestra Black to the future. En la muestra se proyectarán las obras del colectivo diaspórico Black Audio Film Collective; el foco a Jean Pierre Bekolo, y un recorrido retrospectivo en Argentina de la obra del director brasilero Adirley Queirós, exponente de la cinematografía diaspórica latinoamericana. También habrá una instalación de realidad virtual que oficiará de “experiencia sensorial de inmersión en el movimiento afrofuturista”.

Por último, la editorial Caja Negra presentará dos novedades fuertemente vinculadas a la temática del festival: Más brillante que el sol, del ensayista y artista británico Kodwo Eshun (pionero en la crítica musical y estudios culturales vinculados a la música negra urbana de fines del siglo XX), y Xenofeminismo. Tecnologías de género y políticas de reproducción, de Helen Hester, quien trabaja el problema de la reproducción y su relación con nuestro destino en el planeta.

* Más información en http://cinemigrante.org/