La secretaria gremial de Suteba Ramallo, Amanda González, fue amenazada entre la madrugada del sábado y la tarde del domingo: “Acordate de Corina”, le escribieron sobre el capot de su auto con un elemento punzante. Roberto Baradel, secretario general de Suteba, exigió al ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, el esclarecimiento del hecho y medidas de protección para su compañera. Ayer por la tarde, en repudio de la amenaza a González, se realizó un abrazo a la sede Suteba Ramallo, ubicada sobre Belgrano 642.
“Este hecho es gravísimo. Hay que parar con esto, las autoridades tienen la responsabilidad de cuidar a los docentes y a toda la comunidad y la justicia debe investigar para que se encuentren y castiguen a los responsables”, manifestó Baradel. El Suteba consideró que este accionar, “direccionado a vulnerar la integridad de los trabajadores de la educación, la comunidad educativa, y la vida en democracia en un estado de derecho, no logrará que retrocedamos en nuestros reclamos ni que silenciemos nuestras denuncias”.
Según contó a PáginaI12 Magdalena Vespertini, secretaria general de Suteba Ramallo, esta es la primera amenaza que se recibe en la zona relacionada al conflicto educativo. “Este es un pueblo muy chico, tranquilo. Tuvimos algunos inconvenientes en algunas escuelas, pero no están tan destrozadas como en el resto del conurbano bonaerense. De hecho, ahora no hay escuelas cerradas y tampoco tuvimos ollas populares”, aseguró. “Tanto Amanda como el resto de los compañeros de Suteba Ramallo entendemos que esta no es una amenaza contra ella, sino contra la organización sindical, que está en la calle defendiendo derechos”.
Amanda González limpió su auto el sábado por la noche, antes de dirigirse a un cumpleaños. Al regresar, guardó su auto en la cochera y el domingo por la tardecita, al querer utilizarlo, notó el capot de su auto rayado con la frase amenazante. “No sabemos si se lo hicieron en el restaurante al que asistió el sábado por la noche, por un cumpleaños, o en la cochera de su casa, que es de fácil acceso. Las cámaras del restaurante no captaron nada. Amanda está preocupada porque si lo hicieron en su cochera, el hecho es aún más grave porque ingresaron a su propiedad.”
