El derribo de un avión de reconocimiento ruso Il-20 sobre el Mediterráneo generó una fuerte tensión entre Rusia e Israel, país al que Moscú acusó hoy de ser responsable del incidente, en el que murieron 15 soldados. El aparato fue derribado por error por las fuerzas aéreas de Siria porque jets de combate F-16 israelíes se ocultaban detrás del avión ruso para llevar a cabo ataques en el país árabe, aseguró el portavoz del Ministerio de Defensa en Moscú, Igor Konashenkov.

Rusia se reserva el derecho de tomar acciones contra Israel, añadió el general, citado por la agencia Tass. El ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, protestó telefónicamente ante su homólogo israelí, Avigdor Lieberman. El comportamiento de los israelíes viola el espíritu de asociación con Rusia, añadió Konashenkov. También denunció que la Fuerza Aérea israelí no anunció el ataque. "La advertencia a través de la 'línea directa' llegó menos de un minuto antes del ataque, demasiado poco para poner a salvo el avión ruso". 

El Ministerio de Exteriores israelí y el Ejército no se pronunciaron respecto del incidente, ocurrido la noche del lunes. El ex asesor de seguridad nacional Jaakov Amidror rechazó sin embargo las acusaciones. "No podemos organizar nuestras operaciones sobre la base de que habrá por alguna parte un avión ruso", dijo Amidror. "Profesionalmente es casi imposible basar (una operación) sobre lo que sabemos de los movimientos de los rusos", sentenció. Además, aseguró que Israel hizo todo lo posible por reducir los riesgos para las fuerzas rusas. "E Israel no es tan tonto como para cambiar esta política y poner en peligro a los rusos".

Rusia e Israel no son aliados directos en Siria, pero suelen informarse mutuamente y acordar sus movimientos. Moscú se esfuerza por proteger los intereses de seguridad del Estado judío en el país vecino.

Por otra parte, sobre el terreno murieron dos soldados sirios y 10 resultaron heridos en un bombardero contra un depósito de armas en la provincia costera de Latakia, informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, que apunta a Israel como responsable del ataque.

Activistas situados en la zona señalaron que los misiles llegaron desde el Mediterráneo. El Ejército israelí no comentó el hecho. Una portavoz se limitó a decir que no hacen declaraciones sobre publicaciones en medios extranjeros. 

El avión ruso de reconocimiento desapareció de los radares en la noche del lunes, sobre las 23:00 hora de Moscú (20:00 GMT). El aparato volaba de regreso a la base aérea rusa de Hamaimim en Siria cuando aparecieron los jets israelíes, informaron los militares en Moscú. La agencia oficial siria SANA confirmó que las defensas antiaéreas sirias dispararon en dirección al mar ante el impacto de misiles. 

En noviembre de 2015 la Fuerza Aérea de Turquía derribó cerca de Siria un avión de combate ruso SU-24 que supuestamente había entrado en su espacio aéreo. Rusia congeló las relaciones y aplicó duras sanciones económicas al país. Pasaron meses hasta que el vínculo fue recomponiéndose paulatinamente.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha estado en estrecho

contacto en los últimos meses con el presidente ruso, Vladimir Putin. Israel quiere impedir que Irán, el otro gran aliado de Damasco, se haga fuerte en Siria y amenace por tanto con sus misiles a Israel más cerca de sus fronteras.