El secretario de Seguridad porteño, Marcelo D’ Alessandro, justificó la represión y detención de dirigentes sociales, entre ellos Juan Grabois, al acusarlos de haber iniciado “una refriega” y de haber herido a policías. “No podemos permitir que rompan cosas o agredan al personal”, definió el funcionario y sentenció: “Nuestro límite es la violencia y, en ese sentido, actuamos”.

“Tenemos un agente con un dedo roto y una mujer policía con un golpe en la cara”, aseguró el funcionario para responsabilizar de la represión y detenciones frente a la comisaría 18º a los dirigentes Grabois, Rafael Klejzer y Jaquelina Flores, quienes fueron apresados luego de movilizarse hasta allí para exigir la liberación de vendedores ambulantes apresados en Constitución.

Es más, también responsabilizó a estos vendedores ambulantes de sus propias detenciones. Dijo que ellos “empezaron a agredir al personal del Espacios Públicos” porteños cuando se les intentó secuestrar la mercadería que vendían. “Se pidió asistencia policial porque lamentablemente en este tipo de operativo a veces terminan siendo agredidos brutalmente los inspectores”, insistió.

D’Alessandro sostuvo que estos hechos se desataron cuando la policía “intentó recuperar un carril” de la avenida San Juan donde había manifestantes del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y dijo que allí “se produjo una refriega con algunos incidentes”. Sin embargo, según los videos del hecho publicados por este diario, el desproporcionado operativo policial no intentó liberar un carril sino desarticular la concentración.

Según el secretario de Seguridad, el gobierno porteño “bajo ningún punto pretende criminalizar la protesta o hacer de ellas un tema de seguridad”, pero sin embargo indicó que anoche “pudo haber existido una politización del tema” cuando se convocó a la concentración frente a la comisaría 18ª y remarcó que “ante un desborde de violencia  se tiene que actuar”.

Luego reconoció que “tenemos mucho diálogo con estas organizaciones sociales” que se movilizan en distintos puntos de la ciudad de Buenos Aires pero insistió que  “ante un desborde de violencia, se tiene que actuar. Es lo último que queremos”.