La ucraniana Daria Bilodid se convirtió ayer en Bakú en la más joven judoka de la historia en ser campeona del mundo, tanto en categoría femenina como masculina, con solo 17 años. Bilodid, que tiene 17 años y 345 días, superó con un ippon a la japonesa Funa Tonaki, anterior campeona, en la final. Antes de ella, el record de precocidad pertenecía a la leyenda japonesa Ryoko Tani, que logró la primera de sus siete coronas mundiales con 18 años y 27 días, en 1993. La ucraniana se convirtió en 2017 en la segunda más joven campeona de Europa de la historia, con 16 años, un año después de haber logrado el título continental juvenil.

La argentina Paula Pareto (foto), actual campeona olímpica y oro mundial en 2015, y la kazaja Otgontsetseg Galbadrakh, tercera en los Juegos Olímpicos de 2016, lograron el bronce. Después de superar a Harriet Bonface, Iringa Dolgova, Aisha Gurbanli y a Marusa Stanga, la argentina se metió en las semifinales, donde no pudo con la ucraniana Daria Bilodid, quien finalmente se quedó con la medalla de oro. 

Pareto, sin chances de ir por el título, disputó el repechaje frente a la portuguesa Catarina Costa, y con un ippon se quedó con la medalla de bronce.

“No lo puedo creer. Venimos luchando mucho, entrenando un montón para lograr esto. Además, no es fácil con la vida que hoy elegí llevar: en el hospital, haciendo las prácticas de medicina, estudiando con muchos cursos”, contó Pareto.