Existen los hombres renacentistas con múltiples virtudes y también está el protagonista de Jack Irish. ¿Algunos de sus dones? Seguir las matufias del hipódromo, dedicarse a la carpintería, pasar mucho tiempo en un pub, ser un amante poco comprometido,  conocer el mundo de las leyes y trabajar de tanto en tanto como investigador privado. Este sujeto, interpretado por Guy Pearce (Los Ángeles al desnudo; Memento; Priscilla, La reina del desierto), se verá involucrado en varios casos que exploran el thriller con notas noir. En la ficción hay más de una dama misteriosa, policías grises y una trama que desemboca en las altas esferas, aunque uno de sus logros es mantenerse afín al género sin la pretensión de venerarlo. La miniserie australiana compuesta de seis episodios, y basada en una serie de novelas escritas por Peter Temple, tendrá  su estreno por Sundance TV el 31 de enero (irá los martes a las 22 hs).  

El puntapié se da cuando lo contratan para que investigue la desaparición de una persona. Tarea simple pero que terminará con este Philip Marlowe de baja testosterona culpado de un asesinato y en la mira de unos sicarios. Algo movilizador para quien ha encontrado su lugar en el mundo en un simpático pub haciendo migas con residentes de un geriátrico cuyo pasatiempo es hablar de fútbol. Algunos fantasmas del pasado acosan a Irish, y pese a optar por un bajo perfil, el espiral de acontecimientos lo lleva a los sopetones. “Es alguien emocionalmente disperso y cuando menos se da cuenta ya está embarcado en una acción que le demanda hasta lo que no tiene a un nivel físico”, dijo el actor sobre un personaje entre cuyas virtudes se encuentran la astucia, un humor afilado, y una nobleza insospechada. Auténtico émulo de Bogart por el encanto del perdedor irresistible. 

Lo interesante del argumento y del propio Jack Irish es que a menudo parece perdido acerca de la naturaleza y de los misterios que está resolviendo. Inevitablemente son asuntos que juegan en las grandes ligas: en un episodio involucran a la iglesia, en otro a un político poderoso, y hasta están los que lidian con el terrorismo. Las trapisondas lo tendrán de aquí para allá, entre Australia y Filipinas. “No son solo dos países diferentes, son dos continentes diferentes”, despotrica el personaje en un marco argumental que también lidia con el multiculturalismo.     

Otro aspecto a tener en cuenta es el papel que juegan las mujeres. Irish es viudo y su propio trabajo como abogado tuvo que ver con la muerte de su esposa a quien la asesinó un cliente amargado. La periodista Linda Hillier y Sarah Longmore, una artista que le pide que busque a su hermana, despertarán el inevitable interés romántico en su vida. Mujeres interesantes pero alejadas del manual de femmes fatales de las novelas negras. “Tal como lo plantearon los guionistas no hay nada demasiado sentimental. Puede haber tristeza, drama, hay aspectos punzantes para la historia y eso no es lo que necesariamente quieren los personajes. Eso se ve especialmente en sus relaciones con las mujeres. Jack se embarca con Linda casi de manera automática, es como que se dicen “Ok tengamos una relación”, pero cuando se trata de tomar decisiones más profundas aparecen los problemas. Con Sarah también sucede algo pero no es el affaire típico”, especificó Pearce. 

Y así transcurren los días de Irish. Al igual que su compatriota de la serie Rake (que se pudo ver por la misma señal), y que trata sobre un brillante abogado que lidia con sus vicios, están los personajes que ansían un poco de redención y aparece sobrevolando el pathos de la tierra de los canguros. “Hay algo aussie pero sin la necesidad de ondear la bandera, porque, sí, se trata de una serie sobre crímenes pero está muy localizada en el corazón de Melbourne,” planteó su productor Ian Collie.