En el andar cotidiano, cada uno está en la suya. Bernardo Monk, saxofonista, a punto de publicar Atípico, nuevo disco con su orquesta. Los tres de Escalandrum –Pipi Piazzolla, Mariano Sívori y Gustavo Musso– van por lo mismo: el próximo disco del grupo será Studio 2. El trompetista Juan Cruz de Urquiza y el guitarrista Lucio Balduini disfrutan de las mieles de sus últimos trabajos. Incluso El bosque brillante, el de Balduini, viene de ganar un premio Gardel. Y Esteban Sehinkman, el que habla con PáginaI12, no les va en saga a ninguno de ellos. “Acabo de grabar un disco en trío en la ciudad de Chicago, que seguramente editaré el año próximo”, desliza el pianista, para no correrse del contexto. Cada uno en la suya, entonces, pero cuando se juntan son dinamita. Así acabar de ocurrir con Línea del tiempo, flamante y sorprendente trabajo del Ensamble Real Book Argentina, el grupo que los nuclea, y así ocurrirá esta noche cuando lo exhiban en Thelonious (Nicaragua 5549).

“Vamos a tocar el disco de punta a punta. La idea es transmitir la línea de tiempo y, si hay ganas, al final haremos algún bis que nos gusta tocar siempre”, prevé Sehinkman que, además de ejecutar piano y rhodes en el Ensamble, es fundador, recopilador y productor de Real Book Argentina, libro virtual colectivo y sin fines de lucro que, al estilo de su par estadounidense, recopila partituras de jazz, pero escritas por músicos de acá. Hasta hoy, el proyecto ha logrado subir más de 450 partituras a su web. Entre ellas, las pertenecientes a 120 compositores que no estaban presentes en el lanzamiento original del libro, acontecido hace diez años. “Ahora hay más de 270 compositores que aportaron material al catálogo. Es interesante analizar la nueva música que se incorpora, en especial la que mandan los jóvenes. Se trata de un material muy sólido, y sé que muchos músicos descargan libremente las partituras y trabajan sobre los temas. Hasta se han escrito tesis de carrera sobre este proyecto”, informa el músico sobre el sentido utilitario de la página.

Desde esta perspectiva, pues, el Ensamble es visto como el brazo musical de semejante tarea pedagógica. El ERBA, tal su sigla, se formó en 2010 bajo el fin de difundir música de jazzeros argentos. En efecto, es el principio motor del nuevo disco, cuyo título ordena cronológicamente la fecha de nacimiento de los músicos visitados. Empieza por Oscar Alemán (Machagai, Chaco, 1909) y termina en el joven Tomás Sainz, nacido en 1988. “La únicas excepciones son Manuel Fraga, cuya versión quedó segunda pese a que es un hombre joven, porque su tema (“Querido Bill”) lo llevamos hacia el swing. Y Walter Malosetti quedó en el medio dado que “Sirron”, su pieza, tiene una impronta modal que históricamente encaja ahí. Por esto, el trabajo se puede considerar como una línea de tiempo desde lo musical, porque representa la evolución de los varios estilos que fue atravesando el jazz en la Argentina”, explica Sehinkman, vuelto sobre el disco en sí.

Entre Alemán (de quien versionan “Hombre mío”) y Sainz, el ERBA enmarca piezas como “Gizela”, de Fats Fernández; “The Night in Cold”, de Sergio Mihanovich; “Obi-One”, una maravilla de Javier Malosetti; “Noble Soul”, cuyo autor es Ricardo Cavalli; y “Haiku N.12”, temazo de Leo Genovese. “Personalmente, me gusta mucho la balada de Mihanovich, ‘The Night Is Cold”. Está muy bien construida desde lo melódico y armónico”, opina el pianista. Y dice que “Haiku N.12” es “un temazo”: “Arranca con una melodía piazzolleana y luego se va transformando con retazos melódicos contemporáneos y hasta algunas cadencias de blues. Muy original. Igual, más allá de apreciaciones particulares, pienso que lo central del trabajo es el marco histórico, porque hay muy poco revisionismo sobre los compositores de jazz argentino. Se toca poca música de otros y no creo que estemos a la altura de cuestionar nada, sino más bien de leer, interpretar o reinterpretar las obras que le dan volumen a este repertorio, y ver qué se va desprendiendo de ese proceso”, señala el músico.

De ahí que la línea de tiempo que nombra al disco esté en las antípodas del azar. “Me pareció interesante trazar una línea de tiempo, porque el book se basa, centralmente, en la recopilación de partituras de compositores locales. Entonces, el hecho de tener acceso a este catálogo nos permite hacer una estructura bastante completa de las cuestiones estéticas de la música, sus influencias externas e internas, y todo lo relacionado al pensamiento de los músicos de jazz argentino, que hoy está viviendo una época de esplendor. Es más, si lo pongo en relación con nuestro trabajo, pienso que esto recién empieza. El catálogo es un proyecto que crece de a poco y no tiene un carácter explosivo y fugaz, sino continuo. La gotita cae todos los días”, completa.