“El Estado debe generar políticas de prevención en violencia de género, y la educación es la mejor forma de prevenir”, aseguró la investigadora y docente Marisa Fournier, a cargo de la primera asignatura sobre perspectiva de género que se dictará en la Universidad  Nacional de General Sarmiento (UNGS). Impulsada por la demanda de estudiantes y docentes, la materia “Perspectiva de género: Aportes y debates” se estrenó este cuatrimestre y busca comenzar a saldar una histórica deuda en la currícula universitaria. 

El proyecto se propone brindar herramientas para realizar intervenciones profesionales en favor de la igualdad genérica y en la prevención de situaciones de violencia o discriminación sexual. Entre sus contenidos incluye un marco teórico general, “básico e indispensable”, un módulo sobre división sexual del trabajo y economía feminista, y otro módulo enfocado en políticas públicas, derechos, educación, comunicación, y violencias simbólicas. La asignatura se ofertó como materia optativa para estudiantes de las licenciaturas Política Social y Administración Pública y se espera que en el futuro se implemente también en la oferta formativa de los profesorados. 

“Hay un déficit en la formación en género de los estudiantes, que tiene un impacto directo en el diseño y desarrollo de políticas públicas”, sostuvo Fournier, que es también la actual coordinadora de la Diplomatura en Géneros, Políticas y Participación de la UNGS. La recepción entre los estudiantes fue muy buena, y además de los inscriptos participan estudiantes de otras carreras en calidad de oyentes. 

La escasez de enfoques de género en la formación de los estudiantes se debe, en parte, a que lo mismo sucede con la formación docente. “La agenda feminista creció y no hay profesores formados que puedan dar cuenta de ese proceso, ya sea en áreas como Salud, Comunicación, o Política”, aseguró Fournier. Por eso, destaca que es importante, como desafío por delante, que la materia se incorpore en calidad de obligatoria, ya que generaría que los futuros docentes cuenten con herramientas que hoy, en general, no tienen.

“Transversalizar la formación en género me parece un lindo título, pero a veces se licua en el proceso. Es una meta muy importante y tiene que ser nuestro horizonte, pero no puede ser el punto de partida. Ese es un aprendizaje que nos quedó de la aplicación de la ley de Educación Sexual Integral”, afirmó la docente.  

Según reconoce Fournier, entre los factores que impulsaron el proyecto, el empuje y la demanda de los estudiantes fue un factor fundamental. También lo fue la influencia de la Red Interuniversitaria por la Igualdad de Género y Contra las Violencias (RUGE) del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), un espacio de promoción de las políticas de género conformado por representantes de las universidades nacionales, que planteó al sistema la importancia de comenzar a modificar la vacancia de formación en perspectiva de género presente en la currícula de todas las universidades. 

“Debemos asumir la producción de conocimiento con una perspectiva de género, con el objetivo de alcanzar una universidad más inclusiva e igualitaria y derribar la reproducción de estereotipos machistas en los campos académicos, la medicina, el derecho y el trabajo social, entre otros”, afirmó la rectora de la UNGS, Gabriela Diker, durante la presentación de la materia. “Desde hace tiempo avanzamos y participamos del debate público en paridad de género, en momentos donde la educación se pone en jaque cuando se sostienen políticas de desfinanciamiento. Sabemos que la lucha anticolonial, anticapitalista y antipatriarcal es la misma lucha”, agregó. 

Fournier destaca que otra de las deudas pendientes en materia de género en el sistema universitario se vincula con la distribución de los cargos jerárquicos. “Las mujeres son mayoría entre los estudiantes pero eso no se refleja en los cargos de gestión”, explicó, lo que se ve con claridad en el caso de las rectoras. La UNGS es una de las siete universidades encabezadas por mujeres entre las 58 casas de estudio del país. 

La iniciativa se suma a otros avances que la universidad ya ha implementado, como la creación del Programa de Políticas de Género y el lanzamiento de la serie web feminista Caja de Herramientas, y condensa los aprendizajes que la institución elaboró en los últimos años, con la creación de la Diplomatura en Géneros, Políticas y Participación, donde surgió por primera vez la propuesta de crear la asignatura.