El sur de la provincia de Santa Fe sufrió ayer el castigo de una de las lluvias más duras que se recuerden. Según el secretario de Protección Civil, Marcos Escajadillo, fue "la peor de las últimas semanas, superior al fenómeno del niño". Cayeron más de 200 milímetros promedio en toda la región, aunque los picos alcanzaron los 320 y 300 en Pueblo Esther y Arroyo Seco, respectivamente. Estimaciones de la Municipalidad de Rosario indicaron que en Rosario cayeron unos 160 milímetros durante el domingo y quienes más lo sufrieron fueron los habitantes de las barriadas periféricas. "En todos los distritos hubo muchas complicaciones, sobre todo con anegamientos en los asentamientos irregulares", explicó el subdirector de Defensa Civil, Gonzalo Ratner. No hubo evacuados en No hubo evacuados en Rosario. Sólo en Arroyo Seco se debió evacuar a 250 personas. El temporal también provocó cortes en diversas rutas de la zona y la autopista Rosario-Buenos Aires.

Después de las 14 cesó el alerta meteorológico que había anunciado con antelación el Servicio Nacional. El aviso, incluso, había pronosticado la caída de unos 100 milímetros entre el sábado y hoy. Pero se quedó corto, bastante según las estimaciones del gobierno provincial. Porque la cantidad de agua caída fue considerablemente superior y se concentró solo durante el domingo, un día y no tres como se había dicho. Es decir, doble inconveniente. Las lluvias y tormentas de variada intensidad fueron y vinieron, con "muchísimas dificultades" en todo Rosario. Escajadillo avaló a los funcionarios locales y dijo que la situación "estaba controlada".

"Sufrimos negamientos en todos los asentamientos, estamos trabajando con lo que tenemos disponible, bombas, camiones atmosféricos, pero fue una lluvia muy, muy fuerte, muy grandes acumulados de agua", resumió Ratner en diálogo con Rosario/12 ayer a la tarde, mientras aguardaba el parte que el SMN enviaría anoche con datos más precisos sobre la caída de agua. "Nuestros sensores dan 160 milímetros, es muchísima agua", dijo sorprendido.

Arroyo Seco y Pueblo Esther fueron las localidades del Gran Rosario que sufrieron en demasía el paso del temporal. Según el portal Arroyo Diario, desbordó un arroyo y hubo inundados y unos 120 evacuados, al punto que ayer mismo se comenzó con una movida solidaria para recibir donaciones en una parroquia local. "Ya entró el agua, es un desastre todo", lamentaba una vecina afectada.

En Rosario no hubo que lamentar evacuados, pero "en todos los distritos" se encontraron casos de familias que sufrieron el ingreso de agua a sus "casillas2. Ratner mencionó por caso a los barrios El Mangrullo, Villa Banana, Las Flores, Empalme. El Municipio reconoció que ante semejante temporal poco se puede hacer en el después. "Hay que tratar de dar respuesta con todo lo que está disponible y luego tratar de pedir colaboración, paciencia", explicó el subdirector para luego admitir: "Las medidas tienen que ser preventivas, ya cuando está el alerta vigente hay que tratar de prepararse, colaborar con la higiene y más".

El cese de alerta acarreó un leve respiro en el Municipio. Porque el agua "tiene su tiempo de drenaje", que no es rápido, "sobre todo en lugares que son muy bajos", como el caso de los asentamientos irregulares, donde el agua "queda estancada". Por lo que si la tarea de escurrimiento no se facilita con bombas de achique "tarda muchísimo en bajar". A la tarde asomó tibiamente el sol, pero para que deje de caer el agua debió sumarse un viento fuerte, que nunca llegó.

Escajadillo refirió que intendentes y presidentes comunales le trasladaron que "nunca habían tenido un episodio de estas características" y se sorprendió por "toda la extensión" del fenómeno, porque las lluvias "antes eran más focalizadas, caían en determinadas lugares, pero hoy tenemos al sur de la provincia bastante complicado". Al cierre de esta edición, el gobierno provincial no tenía el registro completo de afectados, ya que "escurre el agua y se van agregando familias evacuadas o autoevacuadas". Hasta la tarde.

Las complicaciones también alcanzaron a las rutas de la región. La postal del agua inundando los campos al costado de la autopista a Buenos Aires era impactante. A la altura de Arroyo Seco, la Agencia de Seguridad Vual dispuso una reducción de calzada en el sentido hacia Rosario por acumulación de agua, que también subió al asfalto a la altura de San Nicolás. En tanto, en otras nueve rutas de la zona debieron tomarse medidas ante la subida del agua. La 33, por ejemplo, se cortó en Chabás Villada; en la 21 se decidió un corte total y se desvió el tránsito por General Lagos a la autopista Rosario-Buenos Aires; en la 90 se prohibió la circulación de vehículos livianos entre las localidades de Rueda y Empalme.