Como es obvio, el gobierno de Mauricio Macri está muy golpeado por la crisis económica, que se trasladó ya al plano político con la falta de credibilidad y desesperanza. Los grandes interrogantes tienen que ver con la magnitud de la caída, con las posibilidades de recuperación antes de las elecciones y las estrategias posibles. Algunos de los consultores ya hablan de “autopsia”, refiriéndose a Cambiemos, otros consideran que el deterioro no es tan grande todavía. Están los que evalúan que todo dependerá de la evolución de la economía y no falta el que piensa que la clave está en seguir incentivando la grieta. Un condimento decisivo de lo que pasa en el oficialismo es el panorama de la oposición. 

Para Federico Aurelio la caída no es tan brusca. “A partir de mayo y a pesar de las numerosas semanas de malas noticias económicas que transitó la Argentina, no siguió deteriorándose la valoración de la gestión general del Gobierno. El núcleo de apoyo al Gobierno (cercano al 40 por ciento) ha elegido otros factores no económicos por los que sustenta la confianza que mantiene en el presidente Macri. A su vez, este sector, adjudica la responsabilidad de la situación actual a la gestión de los gobiernos anteriores”.

Eduardo Fidanza habla de que el gobierno “por ahora está perdiendo adhesiones al ritmo de la crisis, sin que se advierta o pueda fijarse cuál va a ser el piso de su caída. Es un dato muy importante porque para mantener chances de reelección no debe desdibujarse el reparto por tercios”. O sea que no baje su nivel de aprobación del 33 por ciento. Fidanza además plantea requisitos para que Cambiemos se mantenga. “Se requiere que el peronismo presente dos candidaturas y además la recesión no debe ir más allá de abril o mayo de 2019. Es clave que el peronismo vaya dividido, con lo cual las chances de Cambiemos se mantendrían. De lo contrario, va a ser muy difícil retener la presidencia. Pero aún falta mucho”.

Roberto Bacman habla del peor momento. “El gobierno está atravesando su peor momento desde que asumió. Los bajos valores y particularmente la importante caída de la confianza, rematan en otra forma de demostrar una percepción mayoritaria de la opinión pública: la crisis es más profunda y ha trascendido lo estrictamente económico, al punto que en la actualidad también incluye a la política”.

También para Hugo Haime la caída ha sido notoria. “En septiembre, la base de apoyos del gobierno se redujo por debajo de los 30 puntos. La posibilidad de que Cambiemos pueda crecer depende si logra reinstalar la grieta y que vuela a enfrentarse con CFK. Eso le permitiría crecer, siempre y cuando la economía aguante socialmente”.

Analía Del Franco percibe una caída aún mayor. “El Presidente continúa en  descenso en sus niveles de apoyo, hoy cuenta con un núcleo que lo aprueba de 20 puntos. Ese podría ser su piso electoral y llega a un 36 por ciento si sumamos a aquellos que lo aprueban con un 

regular–bueno. Para mi, eso es lo que hoy puede obtener en un balotaje. Para revertir este  escenario se necesitan señales de cambios de rumbo en la economía. Hoy la sociedad no está percibiendo eso”.

Ricardo Rouvier también ve la caída. “El gobierno se ha debilitado. Luego de haberse fortalecido con el triunfo electoral de octubre del 2017, empezó a caer en contradicciones, dejando en evidencia promesas incumplidas, y una gestión carente de firmeza. Primero desnudó un no saber y luego desnudó un no poder, cuya magnitud sorprendió a propias y extraños. En el escenario político el oficialismo se muestra muy sensible al  contexto, y no logra conducir ni generar la tranquilidad y la esperanza que le permitan recuperarse”.

Artemio López directamente habla del “principio de autopsia de Cambiemos”. “Hoy casi el 40 por ciento de los que acompañaron a Cambiemos en el balotaje 2015 no lo volverían a votar. Y, en segundo lugar, la dinámica que adquiere el ajuste tras el rescate del FMI fisura el bloque en el poder. Quedan golpeados los que se basaban en el mercado interno y están marginados porque el acuerdo con el FMI tiene como objetivo el pago de intereses de la deuda y dar garantía a los acreedores. Se produce una ruptura con la ciudadanía y parte del bloque en el poder”. 

Facundo Nejamkis evalúa que “el gobierno conserva el apoyo sostenido de un núcleo duro de alrededor de un tercio de la sociedad (33 por ciento). Es poco probable que se modifique este apoyo si las condiciones se mantienen como hasta el momento. Sus chances electorales de cara al año 2019 dependerán de dos factores: como continua la marcha de la economía y como se constituye la oferta electoral opositora. De este último factor depende los temas que se van a discutir en la campaña presidencial”. 

Ignacio Ramírez marca un golpe que va más allá de las encuestas. “El deterioro económico impacta fuertemente sobre la imagen del gobierno, y la marca Cambiemos queda deteriorada. En un plano mas visible, el malestar cotidiano se metaboliza políticamente generando sentimientos de bronca y decepción hacia el Gobierno de Macri. En un plano más subyacente, el fracaso económico pone en crisis representaciones, discursos y atributos sobre los que se edificó la actual etapa política. La noción de los CEOs como sinónimo de eficiencia, por ejemplo, entra en crisis. Es decir, la crisis económica es también la crisis de una marca, la marca Macri”.