Para el gobierno, el cambio en la conducción del Banco Central debe entenderse como que “ahora va”. Finalmente, “están dadas las condiciones” para controlar la inflación y el dólar. ¿El método? De lo más original: “Si no hay emisión de pesos, no hay pesos con los que comprar los dólares”, en las propias palabras del ministro de Hacienda Nicolás Dujovne. O, si se quiere, muerto el perro, muerta la rabia… 

Dujovne enmascara con tecnicismo la pobreza intelectual del discurso neoliberal - como habitualmente hacen, mejor, sus colegas más dúctiles. Pero también es una admisión de parte de lo único que sale de esa visión: dado que la inflación es el aumento de los bienes medidos en dinero (precios); sin dinero, no hay inflación. Una verdad de Perogrullo. 

No hace falta ser monetarista neoliberal para estar de acuerdo en que es simple: si no hay pesos, no habrá inflación. Lo que se debe evaluar es a qué costo no habrá inflación. Dujovne, así, muestra que la lógica del almacenero de barrio no puede ser llevada a la política económica nacional - ardid que tanto les gusta a los economistas liberales. 

Así, como cándidamente expresa Dujovne, sin pesos no se puede comprar dólares, de igual forma, sin pesos no se puede comprar ni comida, ni pagar servicios, ni ropa, ni nada. Por lo que le falta explicar cómo las personas sin pesos sobrevivirán mientras tanto; ¿o se trata del acto patriótico “dar la vida por la inflación cero”? Bien decía el senador brasileño Severo Gomes que, entre las escuelas de Chicago, la que menos mal le hizo a la humanidad fue la de Al Capone, porque sólo operaba en Chicago.

Inflación cero a todo costo es el resultado de aplicar la muletilla liberal de que la sociedad debe entregarse al agente privado, creándole las condiciones adecuadas para que éste opere productivamente, porque sería la única manera de que todos estuviéramos mejor. Esto es un mero mito, en base a una curiosa lógica causal invertida, de que, si cada uno sólo piensa en sí mismo, será mejor para todos… Contraponiéndose a esta interpretación ingenua de Adam Smith, cuando presentó su benévola mano invisible, se le atribuye a Keynes haber descripto esa lógica como “la asombrosa creencia de que los hombres más malvados harán las cosas perversas para el mayor bienestar para todos”. 

En su famosa conferencia El fin de Laissez-faire, en medio de la depresión de la economía británica en los años 1920, advirtió los riesgos de dejar el destino social dependiente de los fundamentos metafísicos de semejante visión mitológica, diciendo: 

“El mundo no se gobierna desde arriba, de manera que no siempre coinciden el interés privado y el social… No es una deducción correcta de los principios de la economía que iluminan el interés individual que siempre operan en favor del interés público. Ni es verdad que el interés propio sea generalmente iluminado... La experiencia no demuestra que los individuos, cuando forman una unidad social, sean siempre menos iluminados que cuando actúan individualmente.”

Dujovne afirmó que las nuevas decisiones del Banco Central son “muy sanas, consistentes y fáciles de entender”. Afirma que pretende “sanear la macroeconomía” y que la “pérdida de poder adquisitivo” que acepta que ocurrirá, “se va a recomponer en los próximos meses a medida que vaya bajando la inflación” - lo que sería un milagro para quienes perderán su poder adquisitivo porque no habrá pesos para pagarles. Tendrán que esperar que, mágicamente, de tanto malestar, en algún momento, surja el bienestar.

Keynes también en su época advirtió que “las discusiones más vehementes y las divisiones de opinión más profundamente sentidas se producirán probablemente en los próximos años”, no serían en base “a cuestiones técnicas” por argumentos económicos, como pretende hacer Dujovne, sino por estas cuestiones que, en el fondo son “morales”. Dejar gente sin medios de subsistencia, y aumentar la pobreza y la indigencia, no puede justificarse por un tecnicismo de política cambiaria-monetaria. Y no emitir pesos para que no suba el dólar es, entonces, inmoral.

* Profesor, Ufrgs/Brasil. Argentinaentreotros.wordpress.com. Colaboró: Hernán Neyra.