Los hermanos Christian y Martín Lanatta, y Víctor Schillaci fueron condenados a 7 años y seis meses de prisión por la triple fuga del penal de General Alvear, el 27 de diciembre de 2015, escape que en ese momento tuvo una gran repercusión a nivel nacional. La fiscal del Juicio, Silvina Langone, acusó a los tres por los delitos de “robo, privación ilegal de la libertad y evasión”, motivo por el cual había solicitado una pena de 14 años de prisión. El Tribunal Oral 1 de La Plata desestimó el pedido de la parte acusadora y no hizo lugar a los agravantes, porque dio por cierta la versión de los imputados en el sentido de que se fugaron porque de lo contrario iban a ser asesinados en la prisión. En consecuencia, se consideró que la fuga fue orquestada con la complicidad del Servicio Penitenciario Bonaerense, de manera que la condena fue por los delitos que cometieron una vez que estuvieron fuera de la prisión. 

El tribunal consideró que “les impusieron una fecha para la fuga”, dando por cierta la versión de los tres imputados. De ese modo se le dio valor incluso al hecho de que “les dieron un plano para la fuga”, tal como los acusados habían declarado a lo largo del proceso judicial. La condena que recibieron fue por los delitos de robo simple, privación de la libertad agravada y robo agravado. 

El tribunal ordenó, además, que se investigue la posible complicidad en la huida de “las más altas jerarquías del Servicio Penitenciario bonaerense y del poder político”. En la investigación de esta denuncia tendrá intervención la Fiscalía de Instrucción número 7. Los hermanos Lanatta y Schillaci estaban cumpliendo una condena de prisión perpetua por los homicidios de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, hecho conocido como el triple crimen de General Rodríguez, ligado al tráfico de efedrina. 

En su resolución, el juez Juan José Ruiz, a cargo del tribunal platense, sostuvo que más allá del tema de la fuga obligada, la versión total de los acusados “no resulta creíbles casi en su totalidad”. Martín Lanatta, al declarar ante el tribunal, dijo: “Nos usaron para las elecciones, para perjudicar a Aníbal Fernández. Era más peligroso estar en la cárcel que escaparse. Si no me retractaba de las acusaciones me iban a matar”. También explicó que luego de la nota con Jorge Lanata en el programa Periodismo para Todos, las autoridades del penal le propusieron facilitarle la fuga a cambio de que se retractara de sus dichos. 

“No teníamos otra opción. Nos escapábamos o nos mataban”, fue el argumento. Respecto de la triple fuga, dos guardias penitenciarios admitieron que hubo una orden para anular las cámaras. “La fuga jamás se hubiera producido, al menos no de la forma en la que se produjo, sin la colaboración de las más altas jerarquías del Servicio Penitenciario Bonaerense y del poder político”, señaló textualmente en el fallo.

En la audiencia, realizada en la sala ubicado en la calle 8 entre 56 y 57 de la capital bonaerense, estaban presentes Víctor Schillaci y Christian Lanatta, mientras que su hermano Martín se ausentó y estuvo representado por su abogado. En los próximos meses, tanto los Lanatta como Schillaci deberán enfrentar otros juicios en su contra por lo que hicieron durante el período en el que estuvieron prófugos: uno por tirotearse con efectivos de la Gendarmería Nacional en una zona rural de Santa Fe y otro por balear a agentes de la misma fuerza, a quienes les robaron la camioneta, en el norte de esa provincia. También tienen pendiente un proceso en La Plata por “el intento de homicidio” de dos policías que intentaron frenar la fuga en un puesto vial.