Circula en la ciudad como una contraseña, como un secreto que mejora la vida, se vive en espacios públicos y también en algunos emprendimientos privados donde el cuerpo ya no es un lugar de imposiciones, sino de libertad, de observación y conocimiento. Una forma de encontrarse en el mundo. Se trata de la Educación Somática: una corriente tan instalada que mañana y el sábado se harán las IV Jornadas de Educación Somática en el Centro Cultural Cine Lumiére (Vélez Sarsfield 1027). “Es una forma de abordaje del cuerpo, del movimiento, que busca los soportes de cada cuerpo, que es muy respetuosa de los tiempos, que es un abordaje para todos y todas, en todas las condiciones de esos cuerpos, es muy seguro para moverse y para poder rehabilitar o reencontrarse con movimientos dejados a un lado, olvidados o nuevos”, define Paola Irurtia, participante de estas jornadas, que se realizan de manera “libre, gratuita y autogestiva”.

La educación somática no es una fórmula, sino más bien una búsqueda en el hacer. En la Jornada se incluyen propuestas de eutonía, sensopercepción, Feldenkrais y danza, pero también tango, o sistema de sueño sounder, y biodanza, todas ellas desde la perspectiva somática. Hay lugar para bebés, niños, embarazadas y personas de cualquier edad, con cualquier condición física.

Las jornadas son un continuo de clases de dos días con propuestas de movimiento. La participación es gratuita y se requiere inscripción previa para garantizar espacio a los asistentes. La grilla con los horarios puede consultarse en http://jornadasomatica.blogspot.com/, donde también hay formularios de inscripción. También hay información en https://www.facebook.com/CentroCulturalCineLumiere/

Cada año, se plantea un eje. Esta vez será “Cuerpo y entorno, cuerpo individual-cuerpo colectivo”, tema del conversatorio que mañana, a las 10.30, coordinará Cristina Garavaglia, y que marcará el inicio de las actividades, en forma simultánea con las primeras clases. En el cierre del primer día, habrá una intervención callejera.

El impulso inicial de estas jornadas perteneció a Sandra Martínez, “que radica su trabajo en el Lumiére y de ahí abrió la posibilidad a todos los educadores somáticos que se fueron acercando. La propuesta es abierta, cambia todos los años, porque es trabajo que es donado por quienes coordinan las actividades, y eso fue lo que interesó a todo el mundo, abrir el trabajo a la comunidad. Los coordinadores son rosarinos porque Rosario tiene una larga tradición y profesionales reconocidos en todo el mundo”, describió Irurtia. La mayoría de quienes trabajan en somática en la ciudad participan de la propuesta, “a partir del deseo de compartir, presentar o ampliar sus experiencias con la comunidad”. 

La palabra educación puede sonar institucional, y por eso “muchos viraron a llamarlo pedagogía somática, para despegarse de esa idea de que la educación es dar y no encontrar. Este abordaje tiene que ver con el modo, no con una meta, sino con el modo en que el cuerpo logra ese movimiento, y los distintos caminos para encontrar un modo de hacer ese movimiento más orgánico, más seguro, más fuerte”. Los cambios de esta forma de moverse –cuenta Irurtia- “se producen en todo el cuerpo, en el pensamiento, en el estar”.

Rosario es pionera en estudio del movimiento, un abordaje que crece de modo exponencial. “Moverse de modo orgánico y seguro es habilitador tanto en lo cotidiano, como en situaciones que comprometen la calidad de vida, el bienestar, la vitalidad y la recuperación de la salud en todos sus planos”, alientan desde la organización. “Apunta a conocer el funcionamiento del propio cuerpo, entonces no es hacer un ejercicio sino un modo de llegar a un movimiento. No es el objetivo llegar a ningún lugar sino ir haciendo ese lugar más cómodo, más posible y más fuerte”, amplía Irurtia.

En las tres ediciones anteriores, la respuesta del barrio fue masiva, y también llegan personas desde otros lugares –incluso desde otras ciudades y países- a circular entre cuerpos que exploran lo que les pasa en el piso, cómo mover sus columnas o qué sensaciones aparecen al realizar un movimiento mínimo. Lugares de un aprendizaje propio.