El líder del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil (MST), Juan Pedro Stedile (foto), abogó ayer por un gobierno sin composición de clases e invitó a la izquierda a pensar nuevas formas de dialogar con el pueblo. “Estamos viviendo un período histórico de la sociedad brasileña, que transformó las elecciones en una disputa de lucha de clases, es una disputa entre dos proyectos”, afirmó el economista, en una entrevista al diario Brasil de Fato, en relación a las próximas elecciones presidenciales que se celebrarán en Brasil este domingo. El líder del MST consideró que esta lucha electoral es importante porque lleva a las urnas “una contienda clasista que se acentuó a partir de la crisis económica de 2008”. La burguesía, para salvarse de esa crisis, dio el golpe político que destituyó en 2016 a la entonces presidenta Dilma Rousseff, consideró Stedile.  “Brasil es tal y cuál es el Titanic, como dijo el comandante del Ejército, Eduardo Villas Bôas. Cuando la crisis económica ocurre, es decir, cuando el barco empieza a hundirse, la primera clase corre a los botes y la segunda y tercera clases, que son la clase trabajadora, se van a ahogar. Y ellos pusieron aún la orquesta del barco para distraer la segunda y tercera clases” relató el líder del movimiento campesino que surgió entre los 70 y los 80 como producto del aumento de habitantes rurales sin tierra. “La burguesía está dividida, (…) y creo que esta es la medida más inteligente”, sugirió el líder del MST afirmando que la burguesía ya no tiene tanta fuerza ni va a encausar filas detrás de Jair Bolsonaro, el líder neoconservador que hasta el momento lidera las encuestas. Actualmente Brasil vive una de las crisis económicas y políticas más crudas de los últimos años. Desde su asunción, Michel Temer, impulsó políticas regresivas hacia los sectores populares que se levantaron en varias manifestaciones. Frente a un escenario de tal crisis económica, Stedile consideró que el desafío para Haddad, en caso de ganar, es lanzar medidas económicas urgentes para crear empleo y atender a los más pobres. Asimismo consideró que otro desafío es alcanzar a las grandes corporaciones y usar los mecanismos de gobierno para controlar el beneficio de esas empresas y utilizar el dinero público en la reindustrialización del país. “La clase trabajadora no crece sin sacarle el lucro a los bancos”, afirmó Stedile.